lunes, 10 de junio de 2013

Coffee and cigarrettes

Se sentó solo a consumir un café y un par de cigarrillos. En la mesa ocupada unos ancianos hablaban de disputas en el dominó, problemas de salud y la jovencita que regenta un bar a las afueras de la ciudad, en un camino "malo pero asfaltado", donde parece que se ahogan las penas viendo cómo recoge los vasos. "Soy demasiado guapo para comer siempre solo". De repente, se les unió otro compañero que les informó de la muerte de un tal José "el de la mojama": un señor achacoso, demasiado para su edad, que vendía carne ahumada. Descanse en paz. El que no hablaba de dominó parecía aliviado de cambiar de tema. Eso es lo que pensaba mientras una vieja con andador pasaba a su lado, cargada de pañales.
Hacía un calor de muerte, listo para cocernos.

Amasijo

Capítulo Uno: Verdad

Los sueños son reflejo de nuestras obsesiones y espejo de nuestros problemas. Un problema es un drama en desarrollo al que le falta el último acto. La conclusión, por tanto, siempre será complicada. Vivir es un problema. El sueño intenta ponerle remedio: unas veces nos consuela; otras nos aterra aún más. Pero es frustante comprobar cómo sólo ha sido un sueño.
Anoche soñé con una persona a la que no veo en años pero que ha sido fundamental en mi vida. Soñaba que volvíamos a estar juntos. Lo que había pasado estaba presente, pero no importaba. Todo el silencio, las ausencias, los reproches, eran nada comparado con el momento y la ocasión. En ese sueño nadie iba a joder la situación con una mala cara o un remordimiento.
Cuando me desperté, me di cuenta de algunas cosas: ¿por qué alejamos a personas que hemos amado y disfrutado? ¿qué nos impide seguir con ellas? ¿qué pecado le atribuimos para la condena de la indiferencia? Es porque nos recuerdan a alguien que ya no somos ni queremos ser. Lo mismo que nos acercamos a las que nos recuerdan lo que podemos llegar a ser, a pesar de nosotros.
De manera inconsciente he aplicado mi sentencia. No me arrepiento, me arrepentí. Lo que me martiriza es porqué no lo había visto antes.

Capítulo Dos: Duda

No hay verdad ni hay mentira. No hay pasado sólo muchos presentes. Mientras escribía estos pensamientos intentando recordar la claridad con la que asumí su argumento, me daba cuenta de que todo es oscuro y, a veces, sale el sol. Y luego de nuevo oscurece.

jueves, 6 de junio de 2013

Coffee and cigarrettes

Llegó solo a la cafetería con un cigarrillo a medias y se sentó en la terraza solo. Lo dejó en el cenicero marcando territorio y entró a pedir un café con leche sólo. Al salir comprobó que todas las mesas estaban ocupadas menos una. En la que ocupaba sólo había una silla y las vistas eran a la fachada del bar, una triste columna con anuncios de viajes organizados y peleas de boxeo de aficionados.
A su lado pasó un tipo con pantalón vaquero corto, coleta recogida y una riñonera. Parecía tener una historia, de hecho le entraron unas ganas tremendas de seguirlo y preguntarle cuál era: ¿acaso no tenía nadie que juzgara ese look? Supuso que no, seguro que era soltero o que estaba casado pero a su mujer se la soplaba cómo fuera porque hacía tiempo que no le hacía caso. Suele pasar, sin dramatismos.
A su derecha, una mesa de gente joven, les llevaría tranquilamente unos quince años, estudiantes de ciclos con aire de universitarios, pero su conversación no engañaba a nadie. A pesar de que no tenían nada que decir los envidiaba, envidiaba su cháchara de ascensor sin sentido. Ojalá pudiera decir nimiedades a alguien y no fantasear con posibles sentencias geniales. Pero así era su vida en ese mismo momento, un lugar solitario lleno de humo y recuerdos, algunos muy lejanos, otros rutinas cercanas a las que quería escapar: un beso de bienvenida, una conversación de familia, un juego con las niñas.
A estas alturas ya llevaba tres cigarrillos y una taza de café. Tuvo que tomar una decisión. No apuró el tercer cigarrillo, saboreó el poso y pagó el euro veinte correspondiente. Nada más levantarse una pareja ocupó su lugar, felices de no sentarse en la única mesa que no estaba ocupada, a la que daba de frente todo el calor del sol de levante. No hubo orquesta.

PD: He tomado una decisión. No cerraré el blog. El otro día decidí dejarlo, abandonar. Pero leí entradas antiguas, de hace dos años, tres, esto lo empezamos ya hace cinco años. Y sentí envidia de mí mismo y de vosotros, de cuando esto era un lugar de encuentro y reflexión. Me gustaría que algún día lo volviera a ser. Esa posibilidad me puede. Así que este es el planteamiento: este blog servirá para mi desahogo y crearé otro blog con mis críticas y comentarios de música, libros, series, películas,... Pondré el enlace cuando esté abierto.