miércoles, 26 de octubre de 2011

Is anybody out there?


Con voz ominosa y ganas de recuperar este espacio pongo la primera piedra del curso, que ya me vale, esperando que haya alguien por ahí. Han cambiado unas cuantas cosas desde la última vez, mi ansiedad circula por otros territorios, mi necesidad no ahoga, aprieta un poquito. Tengo que volver a plantearme cosas y otras las tengo claras por ahora. Ya estoy divagando.
En fin, que creo que tengo más ganas de hablaros de películas, tebeos, música y libros que de las vicisitudes del día a día que circulan por una gloriosa, gloriosa rutina.
Pero este estado de feliz y anodina estupidez tiene sus momentos. Por ejemplo cuando asistí anonadado a la proyección de "Drive Angry" en el salón de mi casa con mi estrenado Blu-ray. ¡Ah, cuánto "guilty pleasure" hay en esta película! Sólo por el personaje del "Contable" es una obra de culto instantánea: adoración a ese William Fitchner en estado de gracia. Tiene que haber un círculo de frikis, pero ya, de este pedazo de "opus magna" lleno de chulería, camorrismo, riot girrrls, satanismo del güeno, violencia non sense, eructos, alcohol y sexo (sí, una peli americana con profusión de tetas y culos!). ¡Ay, que no os hablé de otra gloriosa obra dedicada al mal gusto, también originalmente en 3D!: "Piraña 3D".
¿Y cuál ha sido la recompensa, tanto de una como de la otra, en cuanto a la dichosa taquilla? Fracasos. Si es que estamos abocados a lo políticamente correcto y estas películas se abandonan en pozos putrefactos de deliciosa inmundicia tanto carnal como espiritual. Lo que más me fastidia es que no hagan más como éstas, que hace falta. En el caso de "Drive Angry" ("Furia ciega", en fin, el título español) las críticas han redundado en el linchamiento de uno de los mejores actores del mundo mundial, Nicolas Cage, que ha pasado de ganar un Óscar a casi entrar en la cárcel por evasión de impuestos y a convertirse en diana de los cutres a los que les gusta sólo lo último y lo güai. ¿Qué pasa? Mi teoría es que le están haciendo pagar que prefiera hacer "El motorista fantasma 2" que "Leaving las Vegas 2". Y digo yo: si la primera era mala, ¿no puede ser que quiera mejorarla? Al fin y al cabo, la dirigen los tipos de "Crank". En cualquier caso, "Leaving las Vegas" es perfecta, no se puede mejorar. Claro, que la idea de Cage ahora mismo es sacar pasta para pagar las deudas del fisco y a sus múltiples ex-mujeres. Hagamos entonces un esfuerzo y démosle un durillo al denostado Nicolas Cage. O no.

PD: Espero que esto sea el principio de una bonita (ir)regularidad. O no.

miércoles, 15 de junio de 2011

NOTA DEL AUTOR


En éstas que termina el año (ya hablamos de cómo nos distribuimos el tiempo los del gremio). Agradecer a los de los comentarios y a los que no. Tiempos extraños que parecen vivir más en este ciberespacio que en el mundo real. O yo que sé. Estoy escribiendo a retazos: escuchad a Sufjan Stevens, especialmente el "Illinoise"; a Benjamin Biolay, temazo el "Pas la forme"; a My Morning Jacket, discazo el "Circuital". Y compradlos que en el Corte Inglés están que los regalan. Me he dado un alegrón porque me quité el miedo (del precio) y, después de una vida escuchándolos, adquirí un disco de los Beatles, el "Sgt. Peppers Lonely Hearts Club Band". Esa portada gloriosa, esos temazos (mi preferido, "A Day in the Life"), profusión de fotos y textos en el interior: una pocholada, vamos. Claro que con la euforia de los saldos cayó una marcianada de David Lynch: "Good Day Today/I Know". Uno de esos discos que compras por curiosidad (Lynch cantando y componiendo; diseño de Vaughan Oliver, el que hacía los collages de los Pixies; la pegatinita esa que ponen con reseñas estupendas de NME o Mojo) y sabes que vas a escuchar tres veces y luego lo vas a enseñar a los amigüitos frikis como trofeo (no sé si os he hablado alguna vez de un pirata de los Police, 1 CD, con sonido de cuarto de baño, a 7.500 de las antiguas pesetas). Y nada más: dos canciones artie repetitivas y ¡8 remixes! que triplican la duración. Que sí, que nos gusta RNE3 pero también la Rihanna.
Ahora que estoy empezando a no tener tiempo para las bobadas estas del cine, la música, leer y escribir me duele perder dos horas de mi tiempo con bobadas. Y como sé que sois gente que confiáis en mi criterio no perdáis vuestro valioso cronos ni con "Kick Ass" (el cómic mola más y es cínico y violento de veras, no este videoclip resultón) ni con "Dream Home" (una de Hong Kong más burra que un arao que parte de la premisa de que los especuladores inmobiliarios crean psycho-killers, y podría ser, está basada en una historia real). Eso sí, la que recomendé vía telefónica a confident, "The Chaser" es el mejor thriller de los últimos años comparable a "I Saw the Devil" o "Infernal Affairs". Lo mejor de las películas orientales es que nos llegan las buenas, buenas...

PD: me tengo que marchar, continuará...

martes, 24 de mayo de 2011


Compendio: últimamente pienso mucho en la futilidad de la existencia. Creemos que la vida son los grandes momentos y, en realidad, la mayor parte de ella son hechos sin importancia como éste. Aprender a disfrutarlos es complicado pero se puede. La sola idea de que me sigáis por el hilo de Ariadna que intento tejer es gratificante. Pensé mucho en vosotros el viernes pasado: debería haber estado allí. Me hizo sentir tan fuera de lugar como lo estoy en este agujero, aunque estaba donde tenía que estar. Es la división entre cuerpo y alma. Mi cuerpo está aquí, mi mente está en otro sitio. La armonía es cuando ambos se encuentran. El resto es estar solo entre la multitud, triste en una fiesta, perdido en una habitación (la mitad son paráfrasis de canciones).
Hay personas que siempre parecen distraídas, descolocadas, como Woody Allen. "Medianoche en París" es una joya, una perla, una flor distraída en estos tiempos tan extraños. "Lo estuve pensando antes, en esta época aún no tenían antibióticos": así despacha uno de los grandes momentos de esta película un genio que andaba algo vago últimamente. Pero esta película recupera al mejor Allen: irónico, romántico, fantástico. Si partimos que este hombre tiene modelos arquetípicos "Midnight in Paris" es como "La rosa púrpura del Cairo". Ambas describen personas descolocadas de época, de situación, en estados anímicos desacordes con su entorno, y encuentran el equilibrio en la fantasía y la creación.
No sé si recordaréis que comenté una extraña película, "The Minus Man", ensalzando las peculiares virtudes de su protagonista, Owen Wilson. Casualidad que sea él, el escritor despistado que recorre el París de los años 20. Sé que no repetirá con él (Allen está encontrando sosias distintos para reinterpretarse: Kenneth Branagh, Larry David, Jason Biggs, Will Ferrell,... dependiendo de la edad y el rol) pero es un Woody Allen perfecto porque no intenta repetir los tics del modelo sino reinterpretarlos a su manera.
Lo que más me sorprende es la ingenuidad de la propuesta, propia de un autor que ya no tiene nada que demostrar. Esperemos tenerlo muchos años en activo que no ganamos para esquelas, y que se siga arriesgando: sacar en una película del siglo XXI a Hemingway, Fitzgerald, Dalí, Buñuel, Picasso o Toulousse Lautrec y no parecer impostado tiene mérito.

PD: Esta entrada estaba aquí desde hace un mes y pico. Han pasado algunas cosas desde entonces. Lo más curioso de mi estado anímico es que paso de la euforia al fatalismo en un chasquido. No sé por qué me ha dado por pensar en la muerte y el tiempo que se me agota. Creo que ha sido una alergia complicada y las tardes desechadas. Y las ausencias. Por eso esto aún tiene sentido: el vuestro.

lunes, 11 de abril de 2011

Los mayores no lloráis


A veces, cuando estoy solo, de madrugada, toda la gravedad de la existencia cae como plomo sobre mí. Normalmente tengo más suerte y se me olvida.
Me he tenido que ir. Supongo que es mi obligación, supongo que es mejor. Gracias a todos por los abrazos.

No sé si conocéis a la chica de la foto. A veces aparecía rubia en glorioso B/N, de femme fatale, con pulsera en el tobillo, induciendo al asesinato al pobre Fred MacMurray. Otras llenaba la pantalla de energía danzando entre los siete enanitos y Gary Cooper. O nos emocionaba de madre coraje. O nos divertía engatusando a un despistado Henry Fonda.
El doblaje franquista nos robó una de las voces más características, más slang, del cine clásico, una delicia barriobajera con clase. Pero las nuevas tecnologías nos la han devuelto, aprovechad: "Bola de fuego", "Stella Dallas", "Perdición", "Las tres noches de Eva", "Encuentros en la noche", "Juan Nadie".
Siempre es un placer hablar de Barbara Stanwick.

PD: El título lo ha elegido mi niña.

martes, 29 de marzo de 2011

Angles



Lo han vuelto a hacer. Sí, el nuevo disco de los Strokes, el ya mítico "Angles", es superchachi. Definitivamente, el final de marzo del 2011 será recordado entre los acordes de "Machu Picchu" y "Life Is Simple in the Moonlight". Ahí me veis desgañitándome con irresistibles estribillos como los de "Under Cover of Darkness": "Doon't Goooo That Waaaay/IIIII'll Be There For Youuuuu". (Pequeños, pequeños detalles como el gritito del final en el "my friend and adversary" o la guitarra electrizante de "Two Kinds of Happinness"). Y qué me decís de "Taken for a Fool" (esta gente sabe nominar una canción), de "Games", de "Gratisfaction" (a mí me recuerda a Queen en los 70, el de "Don't Stop Me Now" o "Let Me Entertain You"), de "Metabolism" (una muestra de cómo manejan la épica pop),... Y "Call Me Back", la experimental. Lo tenemos todo (lo mejor y lo peor) de los Strokes en un disco diverso, arriesgado, sin miedo al ridículo (me encanta esa actitud). Y que salga el sol por Antequera que a mí este grupo grupo me gana. Me pierdo entre los treinta y tantos minutos de esta joya (el "First Impressions on Earth" es una excepción entre los otros treinta-minuteros "Is this It" y "Room On Fire"). Uno de esos discos de los que hablaba, uno de esos clásicos personales, uno de esos que les pones la función de volver a escuchar del iPod. Porque sabe a poco y es suficiente, porque es grande y minimalista. Long Live, Strokes!

PD: Y la nota negativa: Internet es un sitio lleno de críticos o seudo-críticos, en el que, si buscas el citado disco, puedes encontrar cientos, miles de páginas de estos blogeros con sus cientos, a su vez, de comentaristas, todos, por supuesto, con una voz autorizada que les dio su madre al nacer. Y es el tiempo que nos ha tocado vivir. Alguien prefiere leer la crítica de un aficionado como yo (que no tengo ni puñetera idea de melodía, ni de solfeo, ni de tocar el ukelele) denigrando un grupo o un disco, que queda más cool porque no te pagan las disqueras (aunque ya te gustaría) y demuestra tu sentido independiente, que comprobarlo por uno mismo.
El gran Julián Marías, ínclito discípulo de Ortega y Gasset y filósofo y crítico de cine vocacional-aunque el término le aterraba-, entendía la crítica no como la acumulación torticera de los defectos sino como el descubrimiento de los valores innatos de una creación. Ah, y no era un crítico enciclopédico, lleno de referencias, sólo analizaba películas que creía valiosas -que no perfectas, todo el mundo buscando obras maestras...-.
Es un error en el que podemos caer todos (yo mismo criticaba a los Coen hace poco). Pero para eso están, para rectificar. Una de las cosas de las que me estoy dando cuenta con la edad es que no merece la pena gastar tantas energías en despotricar sobre lo que no te gusta. Demasiado esfuerzo desperdiciado. Mejor cuéntale al mundo tus bondades. No critico a la crítica: pero constructiva, por favor. Miss You. ¡Un comentario ya!

The Naked Lunch


Esta parece que va a ser la semana de la entrada. Mis lamentos necesitan el eco de este rincón. Aquí tenéis tres intentos de llamar a la puerta.(Con pomposos títulos en inglés, ahí lo llevas). No sé si me he equivocado de piso pero espero que la acústica sea lo suficientemente buena.

Time Is Running Out

Un buen día. De esos perfectos para compartir. Nos sentamos en el banco de un paseo. No hablamos. Al principio me incomodaba no hablar. Es como si creyera que se iba a escapar si no la enlazaba con mis palabras. Hablaba, hablaba sin parar sobre todo y sobre nada. Ese día no lo estropeé, dejé que el tiempo hablara en silencio. Me ajustaba sutilmente a ella, encajando mi costado contra el suyo, la rodeé con mi brazo para que apoyara la cabeza en mi pecho. Así podía oler su cabello y observar las costuras de su cuerpo.
Una vez me preguntó: ¿Por qué me quieres? ¿Por qué yo? Supongo que le dije algo increíble pues recibí la mayor de las recompensas, la que menos merecía: Porque eres todo yo, porque me completas, porque estoy bien si tú lo estás y me hundo en un abismo si me dices no, porque eres intensa, porque crees en todo lo que dices y lo que haces mientras yo sólo soy capaz de seguirte para no romperme, porque todo encaja, porque no veo más allá de ti, porque mi corazón está hecho de pedazos de tu rostro, porque la musa de mis sueños es de tu estatura. Hoy le respondería de otra manera, sabiendo lo que sé, siendo quien soy ahora. Esto me hace sentir triste, hay bonitas palabras que ya nunca más serán, mas como alfileres en mi garganta. Para mí es una escena de terror, de tensión, inaguantable, inexplicable. Le gritaría, saldría corriendo sin mirar atrás.

Blind Date


No sabía porqué había quedado con él, quizás por añoranza, le recordaba a cuando vivía en su pueblo, con su familia, sus amigos. Pero él no era ninguno de esos. Sólo un simpático recuerdo de hace unos años. Cuanto más pensaba en lo insignificante que era ese individuo enjuto y barbilampiño, más disfrutaba de la frivolidad con que estaba llevando la cita. Mientras, él se desgañitaba, en sentido figurado, porque fuera el mejor encuentro hombre-mujer de la historia. Se lo imaginaba arrastrándola por el pelo, contándole cualquier historia sobre la caza del día interior y ella riendo como si se estuviera enterando. No sabía de qué demonios hablaba. Pero le entretenía, quizás se quedara un rato más o lo dejara en este mismo momento. Se sentía poderosa, justo en la línea entre la cortesía y el desprecio. No está mal sentirse así de vez en cuando, sobre todo porque no lo puedes hacer con las personas que te importan, y él era nada.

Monster

Le cogí miedo a salir a la calle desde que atisbé por la ventana que había un monstruo a la vuelta de la esquina. No sé porqué escogió mi calle: era de lo más corriente y no había nunca mucho tránsito. De todas las calles posibles escogió ese callejón mugroso donde vivía. Joder, una de las razones por las que me decidí a habitar esa pocilga era porque esas cosas no iban a pasar allí. Me equivoqué una vez más. Cada día me asomaba y observaba cómo devoraba a alguna incauta víctima y roía sus huesos y la sangre le corría por las comisuras.
Era un monstruo sin ningún encanto, un monstruo. No hubiera pasado ni por monstruo, era inmundo. Tenía el aspecto de un hombre trajeado y arreglado pero con joroba, grandes y peludas zarpas, mandíbulas de tiburón, el rostro desfigurado como si su cabeza fuera un puñado de carne picada moldeada y encajada a puñetazos en su cuello. Sus venas eran tuberías que se inflaban por la tensión. Recordaba a cuando era crío e intentaba darle forma con mis torpes manos a una pastilla de plastilina. Intentaba colocar tronco cabeza extremidades pero no conseguía que las figuras se quedaran de pie, se caía la cabeza, los brazos colgaban hasta el suelo, las piernas se retorcían en una postura imposible. Más o menos. Huelga decir que nadie en su sano juicio se cruzaría con eso. Y no es que no quisiera escapar, es que la criatura no se movía de su puesto. Estaba siempre en guardia. Día y noche.
Una mañana no estaba, simplemente. Creo que su puesto lo había ocupado alguna señal de tráfico. O algo parecido.

PD: Necesito un comentario. O amenazo llamaros a horas intempestivas.

lunes, 28 de marzo de 2011

SONGS OF LOVE


INTRODUCCIÓN: Esta entrada fue redactada originalmente hace unas dos semanas, pero azares y avatares han impedido su publicación hasta ahora. Y es que es uno de esos temas recurrentes... o una pesadilla de abuelo Cebolleta.

Canciones, canciones. Las hay de todos los gustos y colores, pero hay algunas que retienen el momento, definen estados de ánimo. Con ellas puedes oler lo que olías cuando la escuchabas.
Verano de 1993. Mi habitación. Una de la madrugada. Tumbado en mi cama semidesnudo por exigencias del calor que lo invadía todo. Presioné el play en mi walkman Sony con Megabass (por supuesto que me gustaban los graves) y empecé a escuchar la primera canción del “Vs.” de Pearl Jam, “Go”. Tuve una epifanía, casi me sentía flotar. Me vi, os lo juro, me vi encima de mi cama, flotando por la habitación bajo los acordes gloriosos de Gossard, Ament & Co.
Navidades del 96. “The Downward Spiral” de Nine Inch Nails en mi vieja cadena Philips. Los auriculares más tochos que os podéis imaginar (¡de clavija gorda!) con la tela comida del uso. Más graves. Era de día, pero se hizo la oscuridad. Un hormigueo creciente, una plaga de langostas se estaba introduciendo en mi cerebro a través de mis oídos. No me podía creer que esa música existiera: “Mr. Self-Destruct” me convirtió.
Verano del 88. La primera vez que me emborraché, recibí un puñetazo tras una torpe declaración y compartí vomitera con la chica que me había dejado el vinilo del álbum de rock más importante de mi vida: “Apettite for Destruction” de Guns’N’Roses. También me traía loco aunque tuviera como unos diez años más que yo. Ese álbum es ella (junto al “New Jersey” de Bon Jovi y el”Fresh+Blood” de Poison).
Otoño del 84. Primeras escuchas del “Synchronicity” de The Police. Y me gustaban las canciones más marcianas: “Mother” y “Miss Gradenko” (curioso, eran las únicas que no compuso el genio de Sting; la de la madre era de Andy Summers –enfermiza, insoportable-; la otra era un suave medio tiempo de Stewart Copeland). Nunca lo he dicho en público pero “Wrapped Around Your Fingers”, en mi opinión, es una de las canciones más flojas de los Police. Me carga el tempo aunque la letra está plena de romanticismo pop. A esto añado que una mala canción de Sting es el sueño húmedo de muchos compositores.
Marzo del 2011. ¡The Strokes edita su último álbum “Angles”! Espero que sea uno de esos momentos (aunque ya nada será igual).
PD: Disfrutaría molto si trajerais un trocito de vuestros recuerdos a este rincón. Confident ha abierto la caja de los truenos con una entrada que merece portada.
PD de la PD: ¡Trent Reznor ha ganado un Óscar! El autor junto a Atticus Ross de la banda sonora de “The Social Network” recogió un premio que creo que cierra el círculo de una carrera musical intachable y abre nuevas y excitantes posibilidades a una personalidad como la de Reznor, que vive su etapa más fructífera y, quizás, más interesante.

miércoles, 23 de marzo de 2011



Quién no ha querido ser alguna vez Steve McQueen, escapar de un campo de concentración a lomos de una moto, acabar con los bandidos que amenazan a un pequeño pueblo mejicano, perseguir a criminales por las colinas de San Francisco en un deportivo o salvar a una panda de Paris Hiltons de un rascacielos en llamas. Lo cierto es que nunca se le olvidó que era actor y persona. En "Papillon" salía demacrado y no había chica, ni casino, ni motos, ni pistolas, sólo otro tipo más bajito y más feo que él, Dustin Hoffman. Apostó por Sam Peckinpah (un director que era veneno para las productoras de Hollywood pero que se llevaba bien con duros como el propio McQueen, Charlton Heston o James Caan) y ahí quedan la seca "La huida" (de una misoginia evidente) y la melancólica "Junior Bonner" (una de sus películas menos conocidas pero más interesante: un western crepuscular sobre el mundo del rodeo en los aridos parajes del medio-oeste americano; sí, en la línea de "Vidas rebeldes"). Desafortunadamente no sabemos cómo habría sido un Steve maduro, nos dejó demasiado joven y demasiado rápido. Y curioso que su única nominación a los Óscars fue por la pesada épica de "El Yang-Tsé en llamas", aunque es una de esas películas de Sábado Noche que tengo mitificadas.
Como persona, de todos es sabido su afición a la velocidad, plasmado en la curiosa (y larga, larga) "Le Mans" o en un interesante documental sobre motocross. Pero parte de ese amor al riesgo se perdió al saber que fue objetivo de la familia Manson. Se convirtió, al parecer, en un paranoico, perdió amistades en el camino y siempre llevaba una pistola encima. Incluso llegó a aprender kárate con el mismísimo Bruce Lee. Y, desde luego, lo más molesto de su personalidad era su misoginia. Cierto es que se portó especialmente mal con Ali MacGraw, su compañera en "La huida" (la de "Love Story"). (Una acotación: es extraño ver cómo mujeres con personalidad fuerte e independiente terminan fijándose en los hombres más inadecuados: Katharine Hepburn con el borrachín ultracatólico de Spencer Tracy; Elizabeth Taylor (triste la noticia de su fallecimiento) con el histriónico y alcoholizado Richard Burton -éstos se daban entre ellos-; especialmente triste es el caso de Farrah Fawcett con el brutote de Lee Majors y, otra vez, el borracho maltratador de Ryan O'Neal;...).
Pero, entre el mito y la realidad, me quedo con McQueen. Un recuerdo sincero. Y para stiff. Y para la bella Elizabeth Taylor (que siempre disfrutó más de la compañía de amigos que de queridos -especialmente entrañable fue su relación casi maternal con el frágil Montgomery Clift). Y para todos a los que echo de menos.

miércoles, 16 de marzo de 2011


El primer día siempre me cuesta dormir. Más que eso, me cuesta irme a dormir. Hay una especie de vacío que me impide hacer las acciones más cotidianas, es como si supiera que algo no anda bien y decidiera colocarme en un rincón, acurrucarme hasta que pase. Poco a poco me voy quitando capas, escondiéndome, convirtiéndome en la persona que seré los próximos días. Me vuelvo más despistado, o más frío, una serenidad gris, pesada, asqueada. He comprendido que el olvido es una buena arma pero que cuesta recuperar. En el proceso se arrastra la morralla pero también "lo". Suelo pensar en la memoria como un almacén gestionado por un paciente emérito que se muestra comprensivo con los inútiles listados y satisfecho con las miradas; hace la vista gorda con algunas frivolidades y gestiona lo que sabe que importa. Mi memoria no es perfecta pero me hace recordar que de vez en cuando merece la pena pasarme por aquí, aunque no sea para nada.

PD: Si se lee, algo de Palahniuk; si se escucha, algo de Waits; si se ve, algo de Tavernier; si se tebea, "La vida secreta de los jóvenes" de Riad (nosequé).

PD: La foto que encabeza esta entrada es un homenaje a "the Duke" algo pertinente. No he visto la nueva versión de "Valor de ley" pero sí que he leído una entrevista a los Coen mofándose de la versión antigua, despreciándola, mientras adoran el libro original. Siempre me parece una falta de respeto meterse con gente mayor o que no se puede defender, pero en el caso de los Coen es más hiriente pues ya pretendieron enmendar la plana al clásico "The Ladykillers" (aquí "El quinteto de la muerte" con los grandes, grandes Alec Guinness y Peter Sellers, más Herbert Lom) y les salió una mala película (iba a decir un truño, pero me callo). No sé si será el caso pero más respeto al "True Grit" original, una ovación al gran Henry Hathaway que la dirigió y una oración por el gran Marion Morrison (aka John Wayne) que ganó su único y merecido Óscar por este reivindicable western. (Este hombre hizo "El hombre tranquilo", "Río Rojo", "Río Bravo", "La taberna del irlandés", "Centauros de desierto", "Hombres intrépidos", "La diligencia", "El hombre que mató a Liberty Valance", "No eran imprescindibles", "Fort Apache", "Alaska, tierra de oro", "Hatari!",... así de memoria esto deja, con todos mis respetos, la filmografía de los Coen a la altura del betún -y me gustan "Arizona Baby" y "El gran Lebowsky" pero me ha dado el calentón-). Gracias por la atención, perdonan las comas y los puntos y los tachones y el rollo y...

miércoles, 9 de marzo de 2011


Cierto, cierto que tendría que haber renovado las entradas pues tengo unas cuantas prefabricadas. Ésta tiene el valor de la inmediatez pero no se me ocurre nada medio decente. Quizás una imagen, quizás un enlace de ésos de YouTube. Venga, una imagen del tristemente fallecido John Barry, introspectiva como solía ser alguien con una personalidad tendente a la depresión y la melancolía. Y eso se notaba en su música. Un consejo: escuchad una de las numerosas bandas sonoras que realizó para James Bond. Supuestamente es una película de espionaje y acción pero su fuerte siempre fueron los temas románticos, de un lirismo sorprendente teniendo en cuenta el tipo de film que es. Hiperbolizaba un sentimentalismo que no existía en esencia ¡y funcionaba! En otros casos, no había nadie mejor que él para acompañar argumentos como los de "Robin y Marian", "En algún lugar del tiempo"(una muy, muy recomendable y desconocida película fantástico-romántica donde John Barry se luce) o la sempiterna "Memorias de África". En fin, es uno de esos personajes que nunca me hubiera gustado ver desaparecer.S.T.T.L.

martes, 15 de febrero de 2011

Pequeño, pequeño comentario a una película que seguro no conocéis y que os hará desempolvar vuestro oxidado inglés (sólo la he logrado encontrar en VO): "The Minus Man" de Hampton Fancher. El director es el guionista de la primera versión de "Blade Runner" e impulsor del proyecto hasta que apareció la mano dictadora de Ridley Scott y lo apartó (parece que algunas de las mejores ideas de la película fueron de él: básicamente el tono de cine negro que no tenía la novela).
"The Minus Man" es una película complicada de contar porque es más sensitiva que narrativa. Su ritmo, narcotizante, nos revela el día a día de un hombre tranquilo que vaga sin rumbo fijo por la América profunda, la de los callejones sin salida (como dice en un momento "me extraña que en este país no haya más violencia; algunos no pueden soportarlo y se descontrolan, yo no"). El hombre tiene una misión o una urgencia, una especie de llamada de la selva producto de su mente disfuncional: provocar el sueño de los justos a personas que cree que lo merecen.
Una de las cosas que más llama la atención es su extraño sentido del humor: "un día estaba tumbado en el campo y una araña se arrastró hasta mi oreja / ¿y qué pasó? / nada, se fue, no había nadie en casa". Hay detalles muy literarios ya que es adaptación de una novela pero funcionan: la voz en off, los policías imaginarios que lo interrogan dentro de su cabeza, algunos personajes episódicos (la pintora, la camarera).
Muy buen reparto: Owen Wilson (en una interpretación extraña, perturbadora, mística), Mercedes Ruehl, Brian Cox, Janeane Garofalo, Dennis Haysbert o los cantantes Dwight Yoakam y Sheryl Crow.
Quizás lo que menos me gustó es la banda sonora, las canciones que aparecen en algún momento: algunas chirrían un poco.

RESUMEN DE LA SEMANA:

Visto: "Dando la nota", "La clase", "Samurai Fiction", "El país del agua", "Semi-profesional", "Un profeta", "Gattaca", "Tiempos modernos" (todas películas interesantes, merecedoras de un par de horas de vuestro tiempo -y algunas imprescindibles-).

Oído: Johnny Cash "Unchained", Wilco "Being There", Nine Inch Nails "Ghosts I-IV", The Killers "Hot Fuzz", Ryan Adams "Gold", Trent Reznor & Atticus Ross "The Social Network OST", The Jayhawks "Hollywood Town Hall", Burt Bacharach "Live", Down "Nola", Jeff Tweedy "Chelsea Walls OST" (todos discos merecedores de mi tiempo y, espero, del vuestro).

Leído: Darren Aronofsky & Kent Williams "The Fountain", Laurent Tirard "Lecciones de cine", Martin Amis "Koba el temible" (en esto discrepo de mi selección: "The Fountain" no es para todos los gustos; y el libro de cine depende del director que entreviste; en cuanto al de Amis: muy, muy recomendable -e inquietante para cualquiera que se sienta comunista, y los que no-).

También decir, aunque sobran las palabras, que ya me gustaría haber usado todo ese tiempo para estar con mis niñas o con vosotros, mi familia putativa (no penséis mal, en latín significa "la considerada, la pensada, la escogida"). Esto hace plantearme el papel actual del arte en mi vida: rellena los huecos que no quiero cubrir con angustia y recuerdo. En realidad llevo visualizando dos semanas esta entrada pensando en algo trascendente o interesante y me sale esto. Disfrutad (no de esto, de lo otro).

PD: Ya van 100 entradas del blog con ésta. Gracias al señor Blogspot por no mirar y una mierda pa' la Consejería que no me deja.

lunes, 7 de febrero de 2011

AGENDA, VIDENDA, AUDIENDA

Recomendaciones para el invierno que nos lleva:

-De película: "I Saw the Devil" una burrada de Kim Ji-woon (el mismo de las muy recomendables "A Bittersweet Life" y "The Good, the Bad and the Weird"). Otra vuelta de tuerca a las historias de venganza rodada al milímetro (el director es un esteta consumado y domina la puesta en escena) con una galería del horror que asusta por la naturalidad con la que se nos muestra. Si os gusta "Sympathy for Mr. Vengeance" (y su versión femenina) u "Old Boy", estáis tardando.

-De música: la sorprendente banda sonora de "The Social Network" de mi adorado Trent Reznor (tiene mérito pasar de embarrarse en Woodstock '94 a ganar un Globo de Oro y estar nominado a los Oscars) y su fiel escudero Atticus Ross. Y si os apetece, "Ghosts I-IV" un disco de hace un par de años (del que regalan algunos temas en la página web de Nine Inch Nails) y del que extraen algunos de los temas (esto demuestra que las cosas nunca suceden por casualidad).

-De tebeyos: "Coches abandonados" de Tim Lane u otra vuelta de tuerca al reverso del sueño americano. Es decir, uno de las tradiciones americanas más arraigadas: despedazar la imagen mítica que ellos mismos proyectan en crueles retratos llenos de melancolía, desazón y, al fin, belleza. Recomendable acompañarlo con la imprescindible lectura de "Crónicas de motel" de Sam Shepard o "París, Texas" de Wim Wenders (con guión de Shepard) (o con "La última película" de Bogdanovich o "Malas tierras" de Malick).

PD: Me encanta que confident adore The Wire como yo mismo. Esa serie tiene la magia de las obras perdurables, la intensidad de lo real.
Ha muerto John Barry: un minuto de música por uno de los maestros de verdad. (Por ejemplo, "Midnight Cowboy").

EXTRACTOS

Y ahora, una mirada a la escritura automática

Pasos que me siguen mientras estoy parado. Aterra la idea de que alguien quiera hacerme daño. Echarme en cara cosas que no entiendo ni puedo explicar. (…) Cada noche de lluvia es igual. El sonido constante y rítmico, martilleante, de las gotas en las terrazas, las persianas, el asfalto y las azoteas. Viento del norte susurrando palabras ignotas de amenaza atávicas. Nadie sabe lo que se me pasa la cabeza y es mejor dejarlo así. (…) Si ella lo supiera sería un alivio. Por eso sería tan bonito, por eso la quiero tanto. Me abriga el pensamiento, me protege del rayo. Como una madre.

Al día siguiente la sigo con la mirada y no me oye. Soy invisible. Bien. No hay dolor, sólo soledad y pérdida. Me araño los bolsillos buscando algo a lo que agarrarme para no caerme allí mismo. Mis uñas lacradas de hilo azul de vaquero. (…) Soy tan dejado que es imposible que se acerque. Lo hago a sabiendas, soy más listo que nadie. Pero me lo tengo que decir yo mismo.
Me masturbo pensando en ella pero no puedo seguir. No me excita, la quiero. Me gustaría decir que me pone, que estoy cachondo cuando la veo. Pero no es así. Me corro con rostros anónimos, cuerpos de plástico. A ella la tengo en un pedestal. Es mi diosa. Intocable, inmutable, inmortal, omnipresente.

Me digo a mí mismo que no se lo puedo decir a nadie. No he vivido demasiado pero sí lo suficiente para conocer la traición, lo poco respetable que es para la gente un secreto ajeno. Sobre todo si esconde una debilidad. Cuando tenía unos 12 años le conté a alguien que aún mojaba la cama casi todas las noches, producto de obsesiones y fantasmas varios. Creo que vio reflejado en mi rostro la angustia que me provocaba mi insignificante problema. Le dio igual. Cantó como un puto soplón de la mafia ante el FBI. No he vuelto a contar a nadie nada desde entonces. El muy cabrón me lo recuerda cada vez que lo intento.

PD: Esto siguen siendo intentos en búsqueda de la historia. Es él, no soy yo. Por mí que siga siendo él.

viernes, 21 de enero de 2011

Estoy eufórico. He recuperado este espacio cual Cid Campeador expulsando a los pérfidos musulmanes. En un ataque de moralina ciberespacial me bloquearon el blog en la conexión de Educación por poner j.... tres veces. Como podéis comprobar la palabra ha sido eliminada de la fatídica entrada como los héroes de la Revolución Rusa caídos en desgracia durante el estalinismo. Me siento tentado a poner insultos como tontopollas o ioputa para ver si se bloquea otra vez. Se admiten sugerencias, es importante que conozcamos los límites que la administración no nos deja traspasar. Total, que, visto lo visto, y que, probablemente, no haya mucha gente por ahí, voy a poner otro micro-micro-relato que me hace gracia pero, no me voy a engañar, no es gran cosa. Pero es que sois muy agradecidos.

Durante un tiempo su día favorito fue el martes. Quizás podamos buscar nuestras verdades en los días que nos gustan. Puede ser el sábado si eres un fiestero, un viernes si eres de los que disfrutas de los tiempos regalados, los domingos si eres religioso, los miércoles de un cinéfago, los jueves de los compañeros y, lo siento, los lunes son demasiado para cualquiera. El suyo, en sus verdes 15, eran los martes. A última hora se reunía un grupo variopinto de 2º de BUP en un aula anexa al Centro para la optativa de “Audiovisuales”. Una materia llena de críos deseosos de pasar la hora final del martes viendo películas o escuchando música. Él se había apuntado a los martes por ella. No estaba en su clase, pero por una serie de azares que, por supuesto, suponía forzados por el destino, se había enterado de que estaría allí todo el año. Demasiado tentador y libre de sospechas. En algún momento se daría la posibilidad de algo, a saber, y, mientras, podía observarla en toda su grandeza sin parecer un pesado o un salido.

Uno de esos martes les habían encargado un trabajo sobre un grupo musical que les gustara. Él tenía sus preferencias pero también conocía las ajenas. Alguna vez se habían mencionado nombres y “The Cure” fue el encargado de abrir las puertas del cielo al pobre infeliz. ¡Ay, no os enredéis en cuitas amorosas con las hormonas haciendo la conga cual borrachos en una boda! La exposición fue un éxito, leído de memoria, y, para rematar: “Friday, I’m in Love”. “Que debería llamarse “Tuesday, I’m in Love”, en fin, digo, por el día…” Una pequeña broma de una ingenuidad admirable que era una declaración de amor en toda regla sin contrapartidas. Mientras la cinta regrabable rodaba, él, situado en la platea de la cochambrosa aula, casi no se atrevía a mirarla. Y mejor que no lo hubiera hecho, porque no necesitó más que una mirada furtiva para detectar su expresión de disgusto y, encima de su mesa, un folio con las palabras “THE CURE” (con corazoncitos) arrugándose entre las manos de ella. Bueno, a lo mejor no fue así exactamente pero lo cierto es que entre su primer apellido y sus intenciones le había j*¿?!* bien, sin tocarla siquiera. Ese día no se iba a hablar otra vez del famoso grupo inglés aunque existió esa posibilidad. Perdida como otras muchas que acontecieron.

PD: Feliz enero, que me está costando lo indecible ponerle buena cara al mal tiempo.