sábado, 27 de marzo de 2010

Abrid vuestros armarios, sacad las polillas

Hace muuuucho tiempo que no me pasaba por aquí, una eternidad. De hecho he echado un ojo a la última entrada (ni siquiera al texto, a la disposición general) y me ha parecido muy antiguo, he soplado para quitarle las telarañas. Como abrir un armario, esos armarios con parte superior que es donde se guardan las cosas que no quieres ver por ahí (me gusta la palabra inglesa "stuff", no creo que en castellano exista una definición mejor para esas cosas ya inútiles y que se acumulan en algún antro), están molestando, criando polvo, afeando una estantería, pero por alguna razón las mantienes. ¿No sería más fácil deshacerse de ellas? pero no las tiras, quizás esperando el momento en que vuelvan a recuperar su dignidad, la función para la que se habían creado. Es como si temieras necesitarlas en algún momento, momento que ni siquiera puedes visualizar y que seguro que no se va a producir, anclados en el presente como estamos en actos rutinarios. De repente, ese objeto vuelve a rehabilitarse en tu memoria, en la memoria colectiva, se vuelve a poner de moda, todo el mundo lo había deshechado, pero tú fuiste más listo que ninguno y lo guardaste. Te puedes jactar de ser el garante, el testaferro, el guardián de uno de los Santos Griales de tu generación. Por supuesto, me refiero a ésos que aún conservan con (casi) todas sus piezas... ¡¡¡¡¡LOS JUEGOS REUNIDOS!!!!!!

PD: Como siempre, me he dispersado y me acuso como incapaz de ligar un par de líneas de manera coherente. Vamos, que lo que quiero decir es que quiero volver a sacar esto adelante porque os necesito y os quiero y anhelo un comentario más antes del atardecer. Como un bourbon antes de dormir, o tres tercios, o una botella de buen vino.

PD de la PD: Lo de las polillas es un acto subconsciente producido por la alucinógena lectura del cómic que hay que leer, stiff: "Los exterminadores". De venta en los mercados habituales y con la colección editada y finalizada como dios manda (precio razonable y notable traducción). Algo así como una novela sobre cucarachas y hombres y cómo salimos perdiendo. Achuchones.