lunes, 22 de noviembre de 2010

Este es el primer día de mi vida. Dejo el tabaco, el alcohol, los comics, el porno, las chuches, las películas clásicas y las malas también. Es broma: sólo quería llamar la atención. Y ahora que lo pienso, tengo una ¿gran? historia para todos vosotros. Vamos, un microrrelato. No termina especialmente bien, pero es lo que hay...

Andábamos mi amigo y yo, vagabundeando por la ciudad como de costumbre, sin nada mejor que hacer y poco dinero en el bolsillo. Dios, casi no me acuerdo de cuando no había dinero. No hablo de fortunas, hablo de no poder ir a un bar a comer una hamburguesa y una cola. Ni hablemos de drogas. Probablemente eso me salvó de algunos riesgos, que ahora no puedo asumir por la edad y las responsabilidades. Pero era una buena época, por lo menos en ese aspecto. Sabía que todas las personas que pasaban un rato conmigo eran sinceros. Es indudable que esa garantía no la tienes cuando eres adulto. En fin, me ando por las ramas. Estábamos sentados en un parque en el centro. Algunos críos improvisando un campo de fútbol y decenas de hormiguitas yendo de aquí para allá. De repente, se sentó una chica a nuestro lado. La conocía porque era prima de alguien o amiga de mis hermanas o yo que sé, me la presentaron pero, como de costumbre, no recordaba su nombre.
-Hola, ¿qué hacéis?
-Nada, por ahí, hemos ido a los recreativos, paseábamos, nada en especial.
-Ah, bueno, estoy esperando a Bárbara. Ya sabes.
-Sí (ni idea).
-Me acuerdo de la otra noche, casi no hablaste, pero luego te pusiste a contarle a Pepe no sé qué historia de la Patrulla-X y dijiste algunos nombres de los que no me acuerdo.
-Bueno, sí, me gusta leer cómics, es raro que te pregunten así que... , ¿te gustan?
-No, es decir, no sé, me deberías dejar alguno.
-Ya.
-Ahí está. Hasta luego.
-Adiós- cabeza baja y mareo.
Evidentemente, esa chica cuyo nombre no recuerdo se convirtió en mi amor platónico.

No es mucho pero es que estoy rondando pequeñas píldoras como ésta para ver si consigo secuenciarlas y crear ¡¡¡¡UNA HISTORIA!!!! Keep on rockin' in the free world!

PD: Quien no haya leído la re-recomendación de confident sobre "The Wire" es que está perdiendo el tiempo abriendo presentaciones de PowerPoint. Estáis tardando en ver la primera temporada (si ahora es todo gratis) y comentándola.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

No parece haber nadie por ahí. Debería llamaros, supongo, o enviaros un correo o hacerme un facebook o escribiros una carta. Nadie escribe cartas y los correos se han convertido en una cadena interminable de presentaciones de PowerPoint apañadas y enlaces (nada que objetar al emotivo enlace de stiff, nunca será lo suficientemente agradecido). No hay duda, los que hacen esas presentaciones del tipo "las diez cosas más bonitas del mundo" o "cosa del destino" o "estrellas del cine" con paréntesis tipo "(merece la pena)" o "(no te lo pierdas)" son los mismos que ven la tele por las mañanas los días laborables o se quedan hasta altas horas viendo Buenafuente. Quizás, en plan conspirativo, son grandes corporaciones que nos atontan con presentaciones bellísimas de gatos y niños en macetas que pretenden descubrirnos el sentido de la vida. En fin, no tiene importancia.

Hoy he soñado que se me caía el pelo y, maldita sea, se me está cayendo de verdad. En esto no hay excusas freudianas relacionadas con relaciones incestuosas. Quiero que mi niña me vea crecer con pelo. A ver si me lo regalan para Navidad, que ya la estoy viendo venir. Aún es pronto para hablar de ella, pero témome que necesitaré un par de enemas para aguantarla.

PD: Me marcho, si leéis esto es que estoy muerto (siempre he querido poner esto). Por favor, leed la otra entrada si habéis descubierto ésta o no, haced lo que queráis. Abrazos.

martes, 26 de octubre de 2010

Cosas en las que he perdido el tiempo estos días.


Al menos parece que apareceré por aquí una vez al mes. Cosas en las que he perdido el tiempo estos días: El dibujito de arriba, tomado del natural y un microrrelato que a ver qué os parece (en serio, necesito que me hagáis una reseñita chiquitita, por favor).

En la edad en la que eres demasiado joven para ser alguien y demasiado viejo para ser algo, ocurrió que la chica de la que siempre había estado enamorado le asestó una sonora bofetada en su cara de pánfilo. Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que se vieron, esa noche en la que él había hecho la declaración de amor incondicional más perfecta que pudiera hacerse y ella lo miró como, desgraciadamente, no volvería mirar a nadie en su vida. Por ello es por lo que no pudo evitar abofetearlo, en su estado, demasiado débil para luchar contra su desgracia. Y esto sólo pudo pasar porque había sido la mujer, la chica, la persona más feliz de la historia durante ese momento en el que, sin marcar los acentos, insinuándolo con tanta claridad como una linterna de largo alcance directamente a su cara de boba, el gilipollas ése le había ofrecido amor en estado puro durante toda la eternidad.
No lo entendéis pero es uno más de los actos valientes que las mujeres muestran a los hombres durante su triste existencia. Y, quizás, declaró un tiempo después a su mejor amigo, tendría que haber agarrado con todas sus fuerzas alguno de los cuchillos que había sobre las largas mesas esparcidas por todo el recinto y trincharlo allí mismo.
-¿Por...?- apreció a decir.
-Por hacerme feliz. Te odio.
Al infierno con el resto de explicaciones superfluas, a la mierda lo que pensara el resto de invitados sobre cómo la había tratado ese misterioso personaje de gafas y patillas mal recortadas que nadie conocía para llegar a agredirlo en presencia de gente vulgar: ella se largaba. Dejó estupefactos, por supuesto, a su madre, a su hermana, a su cuñado, al primo segundo de los cojones que se negaba a invitar, a ¿cómo se llama al hermano de tu suegro?, pues a ése, que de todas maneras estaba borracho hacía un rato. Mientras se largaba sin mirar atrás no podía dejar de pensar quién lo había dejado entrar. En realidad lo sabía pero estaba demasiado enajenada como para recordarlo. Luego lo recordó, no hubo consuelo pero al menos había puesto las cosas en su sitio. Incluso veintitantos años después estaba orgullosa de lo que había hecho. Y eso es remontarse un montón de tiempo, a los tiempos en los que, por fin, se empezaron a vender los primeros coches voladores. Ya era hora, joder.

Y una pequeña explicación: ¿Cuál es el sentido de todo esto? Os lo voy a decir, en voz baja. No es nada, lo tenéis delante de vuestras narices. Aquellas que retrató de esa manera tan genial Quevedo: un hombre a una nariz pegado. Y no me pongo a divagar. Somos nosotros, hombres y mujeres de este mundo absurdo y opaco. No pretendo desentrañar el misterio de la vida y la muerte, sólo ofrecer algo de esperanza a los momentos. Los que duelen y los que disfrutamos. Porque eso es por lo que estamos aquí y ahora, por los momentos. La vida es puntual, no continua. No nos vamos a engañar, nuestra vida está llena de materiales de derribo, sólo la magnificamos con momentos. Ahora recuerdo uno de ellos: declaraba ante ustedes mi amor incondicional, aquel que reservas para tus seres más queridos. Si tengo algún valor, os lo ofrezco; porque espero que eso os haga valeros como lo grandes que sois, sois mejores que yo porque me hacéis mejor y sin vosotros soy menos. Temo perder los honores que me habéis atribuido. Por favor, mantenedme en vuestro rincón, si no perderé un trocito de mí.

PD: Hay una palabra inglesa para esta entrada que parece no tener coherencia (creedme para mí la tiene): acabo de hacer un patchwork del absurdo mes que he pasado en este retiro. Hoy no hay película.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Estaba mirando a una tal Esmeralda Moya diciendo algo así como "ligero como mi vestido". Como tu cabeza, y tu apellido como las mollas que te van a salir en cuanto te dejes, guapa. Tu grado de estulticia crece enteros a medida que consumes publicidad. Ese arte que te trata como un gilipollas. En la cultural un publicista cebado con Doritos decía que la publicidad era guay cuando provocaba. Sí, amigo, te provoca derrames cerebrales progresivos de masa gris, tonto la polla. Luego, otro chachi se dedicaba a fotografiar cualquier tontería que veía por la calle y lo consideraba arte porque otro tontolaba lo había hecho en una exposición y lo había leído en el País de las Tentaciones. O tengo los huevos más negros o es que esto no me hace ya ni puta gracia. Incluyendo la última de Woody Allen, empeñado en justificar la relación que mantiene con su hija adoptiva dejando a la mujer que lo dejó todo por ser su muñeca y, por ende, la madre de esa hija. Es amor: que se joda la gratitud hacia una occidental que te liberó de un destino cruel en un orfanato comunista. No, no puedo abandonar a un hombre que sólo se la levanta con Viagra por el amor a una madre porque estoy en la flor de la vida y tengo que aprovechar que si no me voy a quedar sin herencia. No tengo ganas de aguantar nada. Ya se me pasará.

Ahora, lo de las obras maestras que sólo tú y yo apreciamos: "El último Boy Scout". La obra cumbre de Tony Scott (el de Top Gun), Shane Black (el de Arma Letal) y Bruce Willis (éste ya lo conocéis). Una película con la sutileza del eructo de un camionero, pero tan irresistible que soporta y merece múltiples visiones, en estado de embriaguez si es posible. Sólo por la escena en que la hija menor de Willis agarra una marioneta con una pistola en su interior y se la pasa a su papaíto para ejecutar a unos cuantos malotes merece la pena. ¡Cuánta incorrección política gratuita! ¿Y el baile de Willis al final después de cargarse medio estadio de fútbol en pleno partido? ¡Y le dan una medalla! El cinismo y la falta de tacto de esta película es de traca e impecable. Muchos soñamos con la réplica perfecta, pero Bruce no sólo habla, actúa. "Si me tocas, te mato" (Willis dixit). Excelsior.

PD: Aunque no sepáis de mí, estoy aquí y aún dejo mis momentos de lucidez para hablar con vosotros en privado. De verdad que estos abrazos son sinceros.

domingo, 19 de septiembre de 2010

"Con razón pones en el tuenti: ya cambio de picaero" (uno a otro que se está mudando).

Supongo que esto lo pronunció algún lugareño mientras yacía en mi nueva cabaña de alquiler (lo pongo porque a stiff le gusta recopilar acervo popular). Pensaba que POSIBLEMENTE aquí sólo había cabañas, pero también hay casas y "picaeros", y se mudan.

A ver, no ordeno mis ideas como de costumbre, bonita costumbre esta de volver a colgar algo del gancho de los desahogos. ¿Quién $%&/((&%·$!! financia esta página? ¿Cómo es que no retiran el blog? No son cuestiones interesantes, pasemos a otra. ¿Hay vida en otro planeta? La mejor respuesta es: POSIBLEMENTE, y seguro que ellos responden lo mismo. Porque, amigos, me da que no van a romper ningún molde. Me da que nos repetimos como el ajo. Ya podemos llevar taparrabos o tatuarnos con alguna gilipollez azteca o ir de chaqueta ejecutiva o, como todo Cristo ahora, llevar una camiseta de superhéroe. Da igual, da lo mesmo. En serio: ya confundo las caras, los diálogos y hasta las sonrisas. Pero, aun seguiendo este razonamiento, creo que nosotros lo hacíamos mejor.

Dios, aquí no se oye un alma, son las 7 y parecen las tres de la mañana. Si es que hasta los grillos se piden destinos más decentes. Una alumna de la que desconozco todo menos su curso y su cara ha hecho un alegato a favor de su pueblo. No he podido evitar interpretarlo con ironía aunque descarto la idea de alumna de ESO con ironía (espera voy a borrarlo que suena demasiado prepotente, a la mierda, ahora mismo me da igual todo incluso lo que penséis de esto). POSIBLEMENTE lo dijo con ironía pero en realidad entre su opinión y la mía, prefiero la mía. Y este pueblo apesta a estiércol y viejo. He estado en sitios en los que no me gustaría vivir pero dudo que a alguien le apetezca esto. Supongo que todo bicho viviente entre 15 y 30 años que hay aquí le da a las drogas pero bien duro porque saben que están condenados a permanecer aquí toda su vida. Tendríais que observar con qué denodado esfuerzo te intentan convencer los veteranos de aquí que vas a estar bien, que cuando te quedas un tiempo no te quieres ir. Quizás les debería soltar un "ya te lo contaré cuando no te tenga que volver a ver, hijo de puta", pero sólo intentan ser amables.

En verdad me dan ganas de censurarme, estoy un poco cansado y un poco cansado y un poco cansado y un poco triste y me siento un gilipollas y quiero dejarlo ahora mismo y esto me recuerda a otros tiempos y esto es de lo más absurdo y sólo soy un papel o un número o un recuerdo o alguien o nadie o solo, POSIBLEMENTE.

Pasada la flagelación patética y autocomplaciente estoy viendo un chorro de películas (¿o era que me sale el chorro con algunas películas? –esto, seguro, es lo más soez que he dicho nunca-), a saber, y no esperéis que la lista sea muy gloriosa: "Resident Evil: Extinción" (los primeros quince minutos están bien, siempre me quedo hasta el final y no sé porqué), ¡ojo! "Hellraiser IV" (POSIBLEMENTE un clásico, si han hecho siete secuelas de esto será por algo; tampoco me preguntéis porqué la veo o me quedo hasta el final), -ahora la cosa va mejorando- "The Box" (del director de "Donnie Darko", Richard Kelly, que si no la habéis visto ya estáis tardando, es una de las películas más inquietantes que he visto últimamente, tiene cositas de sobra pero sólo por la atmósfera enrarecida que crea merece la pena y es muy entretenida, de ésas que te enganchan hasta el final), "Ghost World" (está basada en el cómic de Daniel Clowes –memorable, stiff- y la había visto; el caso es que la primera vez, años ha, me gustó más, supongo que estoy en otra frecuencia, ¿no Kenneth? –si habéis leído "Como un guante de seda forjado en hierro", también de Clowes, pillaréis la referencia-), "Up in the air" (este Clooney es un encanto en donde salga, aunque la supuesta trascendencia del asunto se diluye en tu pensamiento tan rápido como el resto aguado del gel en una esponja, ja; por cierto que no sé porqué la venden como una comedia, no tiene gracia), "Escondidos en Brujas" (me acuerdo que me la recomendó stiff porque la había visto en Irlanda en VO pero no sé cómo entendió el acento de Colin Farrell o Ralph Fiennes sin subtítulos; ésta sí que es para grabarla, me encanta lo de "es una ciudad de cuento de hadas" y tiene un punto existencialista, el absurdo de la vida, "quiero tomar una birra" - la felicidad en los pequeños detalles, la simpatía que sientes por unos personajes que no dejan de ser unos rudos bastardos, los chistes sobre enanos)... Hay un par más pero ya está bien, joder, cállate un poco. No, esperad, que sigo y es que...

Voy a abrir una minisección (es curioso lo que me ayuda esto a mejorar mi estado de ánimo –gracias, señor Blogspot-) titulada "Grandes clásicos POSIBLEMENTE olvidados de nuestro tiempo", donde recomendaré esas obras malditas que nadie salvo yo, y ahora vosotros, y miles y miles de pringaos que no tienen nada mejor que hacer, aprecian en su justa medida. Pretendo que esta sección no esté exenta de polémica y utilizaré todo el rato términos como "obra maestra", "lo más grande que ha parío madre" y "genio" que de usarlas tanto se van a gastar. Aquí es donde espero que colguéis en una estaca vuestros placeres privados, esas cosas que admitís que os gustan a pesar de lo nimias que resultan. A ver si pilláis la idea comentando mi primera aportación: una canción de Duran Duran titulada "Drive By". Dudo que esta canción sea un clásico para nadie, pero para mí es la única razón por la que he conservado mi viejo Walkman. Resulta que el disco en el que está incluida ("Thank You" un LP de versiones de canciones de Led Zeppelin, Bob Dylan, Sly & the Family Stone, David Bowie, Elvis Costello, Public Enemy, algunas realmente sonrojantes creedme) lo compré en cassette en los tiempos en que los supermercados se deshacían de los restos que les quedaban. ¿Por qué? Porque siempre me han encantado los Duran Duran aunque es el único disco de ellos que tengo. Cuando era un crío me encantaba el vídeo de la peli de James Bond "Panorama para matar" (la última película que hizo Roger Moore como 007), era ése que salían en la Torre Eiffel y se mezclaban imágenes de la película con las del grupo. En fin, aunque no lo sabía en esa época, en realidad la canción era de John Barry (el compositor de "Memorias de África", por ejemplo) y ellos sólo aportaron la batería eléctrica y las letras. Total, que me compré el disco y durante años me obsesioné con esa canción. Tenía el cassette, el único reproductor del que disponía era el Megabass de Sony (!ay, ese sonido de graves cuando le dabas a la cuña!), alucinaba con la citada "Drive By" y la rebobinaba con el boli para volver a escucharla (pa' no gastar pilas). El placer aumentaba porque sólo yo podía escucharla y no había cojones ya de dejársela a nadie porque en el siglo XXI ni el tato conservaba sus pletinas. Y esa canción debe ser escuchada en un cassette y con el Megabass puesto, si no, no vale. Bueno, espero que sintáis un pinchacito de curiosidad por escucharla, simplemente poned "Drive By" en el Spotify o en el sursum corda y me decís, me niego a decir más.
Ah, por favor, pon alguna "obra maestra" de ésas que sólo tú POSIBLEMENTE comprendes, si has logrado llegar hasta aquí nos merecemos tu aporte. Abrazos.

martes, 18 de mayo de 2010

Recuerdos Vol. 1

Me pidió confident/stif (uno de ellos) que hiciera la lista de las canciones que te han marcado cada cinco años desde que tienes uso de razón. Soy incapaz de recordar las fechas, de pequeño no tenía conciencia de los años aunque sí una obsesión con el año 2000 (aún estoy esperando los coches voladores y los viajes espaciales). Si me remonto a mi más tierna e inocente infancia recuerdo que, cuando todavía babeaba, me encantaba "Rama-lama-din-don". Mis padres tenían el single en vinilo, me acuerdo de la portada con unos tipos vestidos como rockers de los 50 (luego me enteré que no eran de los 50, sino de esos 80), recuerdo el rojo de la portada. El grupo se llamaba Rocky Sharpe o algo así (no pienso buscarlo, me quedo con el recuerdo). Ya sabéis el ritual del vinilo y, en el caso de los singles era más trabajoso, pues se acababa enseguida, pero ponía la aguja una y otra vez escuchando la dichosa canción. Creo que no puse nunca la cara B, no tengo recuerdo alguno de la "otra". Mi tocadiscos (me encanta esa palabra) era un primitivo vinilo portátil, una especie de maletita (ahora mi niña tiene una cocinita muy parecida) que, cuando abrías, tenía los altavoces en la tapadera y la parte inferior el plato. Funcionaba con enchufe y a pilas gordas (a mí me parecían inmensas). Tenía un color crema realmente "vintage". Creo que aún circula por algún rincón de mi casa pues mis padres han sido de los de no tirar nada.
Luego vinieron los discos de Parchís, Regaliz, Enrique y Ana (en uno cantaban con Topo Gigio, un muppet italiano tierno-tierno, hablaba con el mismo acento que Raffaella Carrá), Vickie el Vikingo, Carlitos, los Pitufos (los clásicos no los maquineros) y los imprescindibles audio-cuentos de Disney y otros cuentos clásicos (pavor me daba el de la bella durmiente).
En fin, que ya no tengo tiempo para más seguiré con el repaso nostálgico-lustral cuando pueda.

PD: A ver si voy a ir por allí y no os pillo...

lunes, 10 de mayo de 2010

Hace tanto tiempo que no me pasaba... Os podéis creer que no había leído los comentarios. Creía que iba a tener una continuidad, pero me abruma la responsabilidad. A veces creo que sólo debería poner cosas relevantes. Pero lo concerniente a este rincón, la misma idea de tenerlo de vez en cuando, para mí es relevante. Hay un montón de detalles que todavía me llevan a vosotros. En ocasiones es continuo, otras más disperso. Un detalle: soy coordinador de un grupo de trabajo aquí y no puedo parar de sonreír pensando en lo que me diríais de mi desastrosa actuación. A saber: nos hemos reunido dos veces (de ¡ocho!), he cortado y pegado de mala manera el trabajo final, he redactado las actas en serie escribiendo con el mismo boli y el mismo tipo de letra -ya sabéis, como de médico con temblores- (¡a ver si me dicen algo!),... Debería haberlo entregado hoy, pero: ¡se me ha olvidado llevarme el archivo al instituto! Y, por supuesto, no voy a gastarme el dinero en una copistería para imprimir ese bodrio. No, no es orgullo de ser un cutre, es que si no me lo digo yo, ¿quién coño se va a reír de mí? ¿quién me va a devolver la mirada cómplice? ¿con quién voy a estar mejor que con vosotros? Esperad, que lo mejor es que uno de los componentes del grupo no para de preguntarme que si lo he terminado, que cuando lo voy a entregar,... Es que me lo pregunta todos los días antes siquiera de darme los buenos días. Y, mañana, os lo juro, le voy a mentir: hijo, fui ayer al Centro de Profesores y no había nadie, así que iré el miércoles. A lo que me responderá: ¡Qué cabrones! Bueno, pero mantenme informado. Sí, hijo, sí.
Total, que todo esto me hace recordar los GTs, el agobio de algunos, y la pachorra de otros, el día que estaba junto a azul y me hice un correo electrónico en su honor (por cierto, que había una maestrica que tenía uno que rezaba "chocholoco@hotmail.com" o algo así), o el primero en el que estuvimos que coordinaba ese romántico de las noches de San Juan.
¡Que viva la nostalgia, las mujeres, el vino, los Ferraris, la Coca-cola, el limbo-rock, los hombres sin depilar, el alcohol destilado y mezclado, las noches en vela, los indios, los ponchos, los besos robados, las raciones "de lata", confident, azul y los otros que como nunca escriben no me acuerdo de sus nicks,...!

PD: Por favor, confident, intenta organizar un encuentro de comentarios por aquí y me entero de qué pie cojeáis o si le importo a alguien un pimiento que estoy un poco blue, un poco green y un tanto grey. Como dirían los Little Einstein... ¡Qué tontería! Y para compensar...

Una vez hubo truchas en los arroyos de las montañas. Podías verlas en la corriente ambarina allí donde los bordes blancos de sus aletas se agitaban suavemente en el agua. Olían a musgo en las manos. Se retorcían, bruñidas y musculosas. En sus lomos había dibujos vermiformes que eran mapas del mundo en su devenir. Mapas y laberintos. De una cosa que no tenía vuelta atrás. Ni posibilidad de arreglo. En las profundas cañadas donde vivían todo era más viejo que el hombre y murmuraba misterio.

sábado, 27 de marzo de 2010

Abrid vuestros armarios, sacad las polillas

Hace muuuucho tiempo que no me pasaba por aquí, una eternidad. De hecho he echado un ojo a la última entrada (ni siquiera al texto, a la disposición general) y me ha parecido muy antiguo, he soplado para quitarle las telarañas. Como abrir un armario, esos armarios con parte superior que es donde se guardan las cosas que no quieres ver por ahí (me gusta la palabra inglesa "stuff", no creo que en castellano exista una definición mejor para esas cosas ya inútiles y que se acumulan en algún antro), están molestando, criando polvo, afeando una estantería, pero por alguna razón las mantienes. ¿No sería más fácil deshacerse de ellas? pero no las tiras, quizás esperando el momento en que vuelvan a recuperar su dignidad, la función para la que se habían creado. Es como si temieras necesitarlas en algún momento, momento que ni siquiera puedes visualizar y que seguro que no se va a producir, anclados en el presente como estamos en actos rutinarios. De repente, ese objeto vuelve a rehabilitarse en tu memoria, en la memoria colectiva, se vuelve a poner de moda, todo el mundo lo había deshechado, pero tú fuiste más listo que ninguno y lo guardaste. Te puedes jactar de ser el garante, el testaferro, el guardián de uno de los Santos Griales de tu generación. Por supuesto, me refiero a ésos que aún conservan con (casi) todas sus piezas... ¡¡¡¡¡LOS JUEGOS REUNIDOS!!!!!!

PD: Como siempre, me he dispersado y me acuso como incapaz de ligar un par de líneas de manera coherente. Vamos, que lo que quiero decir es que quiero volver a sacar esto adelante porque os necesito y os quiero y anhelo un comentario más antes del atardecer. Como un bourbon antes de dormir, o tres tercios, o una botella de buen vino.

PD de la PD: Lo de las polillas es un acto subconsciente producido por la alucinógena lectura del cómic que hay que leer, stiff: "Los exterminadores". De venta en los mercados habituales y con la colección editada y finalizada como dios manda (precio razonable y notable traducción). Algo así como una novela sobre cucarachas y hombres y cómo salimos perdiendo. Achuchones.