viernes, 31 de mayo de 2013

End of Part One

No existe razón alguna para lo que hacemos, para nada de lo que hacemos. Todo desaparecerá en un momento. Nadie recogerá los restos. Somos nada. Pero podemos seguir jugando a intentar trascender el momento, asirlo, agarrarlo, magnificarlo, crear un mito de ello. Entonces se convertirá en historia, en cuento, en relato, en algo que alguien querrá contar. 
No tengo tiempo para perderme. Todo debe estar en orden. No soy yo, soy otro. Ahora mismo soy lo que tengo que ser, no necesariamente lo que quiero ser.
Me siento incapaz de seguir hablando de mí o mis circunstancias porque no tengo nada que añadir. No hay ficción, no hay diversión, no hay público. Esto es un juego al que no quiero seguir jugando. Aquí acaba este blog, espero que hayáis disfrutado como yo lo he hecho. 


Comedown Machine

The Strokes ha sido una constante en mi vida desde el 2003, yo no los descubrí con "Is This It?", aunque la portada con ese culillo me llamó la atención desde el principio. Era uno de esos grupos que no me tenían que gustar. Pero empecé a escuchar por casualidad "Room On Fire", más que nada por el single "12:51" y su curioso videoclip (en donde salían tocando en una lanzadera estilo Tron, reivindicando ese gusto obsesivo por los 80's). Y me gustó un montón. La épica de la frivolidad que gastaban en "What Ever Happened?", "12:51", "Meet Me in the Bathroom" o la tremenda "I Can't Win" por no hablar de "Reptilia", me convenció. Eran unos niñatos, sí, pero también amiguetes haciendo, tocando por gusto no por necesidad (tenían sus bocas y egos bien alimentados antes de todo esto: Julian Casablancas hijo del fundador de la agencia de modelos Elite; Albert Hammond Jr., en fin, hijo de ídem). Casablancas, cantante, era el personaje necesario para que todo esto funcionara: único compositor del grupo pero necesitado de sus amigos para berrear sobre sus demonios personales.
Mi interés por el grupo creció pero por su música no por los cotilleos que los rodeaban, es que esta gente eran celebridades que salían paseando al perro o en partidos de béisbol besando a la novia. Así que lo normal era leer críticas de su música mezclada con su condición de hiperestrellas. Algo irritante. También era irritante comprobar cómo el primer disco es el único que se salva de la quema crítica general. El resto son pobres reflejos de aquél aunque siempre con grandes momentos. Un momento, que esto es la opinión general. Más bien, la opinión asentada tradicional. Todas, todas, todas las críticas de un disco de Strokes comienzan diciendo lo grande que es su primer disco y qué mal que no se repita. Luego, todas, todas, todas dicen que el anterior no estaba tan mal, aunque lo hubieran puesto a bajar de un burro, pero que éste de ahora sí que es una mierda. Pero, ah!, todas, todas, todas, hablan de que dos o tres canciones son las mejores que han hecho nunca, pero el resto, buff, el resto no hay por donde cogerlas (el listado de mejores varía tanto como culos tienen los redactores). No soy completista en esto, son las críticas que he leído, en su momento sobre "Room On Fire"("una repetición absurda del primero"), "First Impressions on Earth"("definitivamente The Strokes han pasado a ser una banda de heavy trasnochado (?)"), "Angles" ("confuso, este grupo está muerto") y este último "Comedown Machine" ("ya nunca más serán grandes, con lo bueno que era el "Angles""). Los cronistas que defienden ahora como clásicos "You Only Live Once", "Heart in a Cage", "Juicebox", "Macchu Picchu", "Under Cover of Darkness", "Reptilia" o "12:51" pensaban que eran discos flojetes en su momento.
Ahora, esto me da más o menos que igual, solo es curiosidad malsana. Vamos con el disco en sí: pues no está nada mal pero, en mi opinión, es el más flojo de su discografía. Hay por ahí algo de final de etapa, de ciclo. La verdad es que también me ha molestado la presentación: una triste carcasa de cartón a modo de máster de estudio con un portafolio de fotos del grupo en sombra en su interior. Ni letras ni apenas créditos ni nada. Esto ya de entrada revela cierta despreocupación o algún tipo de mensaje que no pillo. En cuanto a la música, es la continuación natural de "Angles" y el disco en solitario de Julian Casablancas (el reivindicable "Phrazes for the Young"): un disco heterogéneo con canciones que suenan a los Strokes ("All the Time", "50/50"), a los 80's ("One Way Trigger" o "Welcome to Japan"), experimentales ("80's Comedown Machine", "Call It Fate, Call It Karma")... El sintetizador abunda más que el guitarreo y esto es lo que todo Cristo critica pero es que los Strokes son Julian Casablancas y éste lleva ya un tiempo obsesionado con el falsete y los ritmos sintéticos. Ergo, cubierta aparte, para mí sigue teniendo esa intensidad emocional que salía a relucir antes con más guitarrazos. Así que no hay problema. Volviendo a las impresiones, la primera vez que lo escuché, la primera canción me recordó a "Macchu Picchu" de "Angles" y va a ser que "Tap Out" (algo así como golpear con los dedos, como cuando marcas el ritmo en una mesa o así) contiene la misma idea: un ritmo sincopado y atrayente y una canción de lo más molona con curioso título. La letra es muy del estilo Casablancas: parece la cháchara de un borracho con aires de trascendencia. Y esto no es negativo, a mí me gusta: "Decide my life/Define my past/Don't ask questions/'cause I don't know why". Es sentencioso pero juguetón.
"All the Time" a su vez hace de sustituta de "Undercover of Darkness" en "Angles", la canción autorreferencial, con el riff típico a lo "Last Nite" y letra al uso. Parece que han decidido usar la música a la Strokes para hablar de sí mismos y sus circunstancias como grupo: "All the time that I need is never quite enough (...) You're living a lie/You're livin' too fast/Baby, you're flying too high". Total, que no tienen prisa y, de nuevo, a mí me parece estupendo.
"One Way Trigger" supongo que si a alguien le importa se parece al "Muelle de San Blas" de Maná pero creo que la cosa va más por A-ha. En fin, que independientemente de a qué se parezca esta canción es un tema más que notable con ese tono épico pop que tanto me gusta. Y la letra va del miedo al compromiso y las discusiones de pareja, algo así como "Last Nite". Todo muy familiar.
"Welcome to Japan" es lo que probablemente defina a los Strokes del 2013: un ritmo irresistible con una letra vacilona. Es donde parece que se encuentran más sueltos. Y tiene una de los mejores versos de la historia de Strokes: "What kind of asshole drives a Lotus?".
"80's Comedown Machine" es larga y pesada. Parte el álbum sería como la última de la cara A si fuera un LP. Pero escuchada en CD no me consigue interesar (de hecho hace que pinche de nuevo la primera). Además la letra es muy difusa, sin garra.
"50/50" es un cañonazo, remonta el disco y se encuentra a los Strokes más susios. Esta es otra que les puede gustar a los fundamentalistas. Pero, como creo que he dejado claro, los Strokes de ahora no son esto o, por lo menos, no son sólo esto. La letra es muy agresiva con aire punk: "I will say/"I will say don't judge me". Otra de las grandes del disco.
"Slow Animals" es un terreno donde los Strokes me ganan por lo evidente: un medio tiempo que se autodenomina "slow". Aquí sigue planeando lo de los nuevos Strokes: referencias a los 80's con estribillos poderosos y un Casablancas elegante. Aquí hay un tema polémico: ahora me gusta más cómo canta que antes donde básicamente se desgañitaba o fraseaba. La letra parece una especie de himno generacional pero no puedo intelectualizar mucho sus letras porque perderían el feeling que creo que tienen. (Por cierto, que hay una cara B que se titula "Fast Animals": la misma canción acelerada. Genial, en serio).
"Partners in Crime", aparte de que esta gente sabe cómo titular una canción, un valor en sí mismo, es una gran canción, divertida, frivolona, con un gran riff,... Para irse de juerga y ponerla a toda hostia en el coche (ya lo he hecho y mola). No sé, yo no le veo pega por ningún lado.
"Chances" y "Happy Ending" son también muy ochenteras y podrían estar perfectamente en el disco en solitario de Casablancas más que en uno de los Strokes. No es de lo mejor del disco pero me siguen gustando y mucho. Pero aquí gana la electrónica (analógica) a las guitarras.
"Call It Fate, Call It Karma" pues es la más osada del disco por la cosa experimental y porque es la menos audible, pero bueno en disco que tienes nueve grandes canciones y dos reguleras no voy a ser yo el que lo ponga a parir.
Conclusión: hay que escucharlo y reescucharlo porque como todo disco de los Strokes esto es pa' pasarlo bien y aquí hay diversión y buena música (pero el libreto y carátula es una porquería desganada).

PD: Ah, por cierto que todo esto también sirve para celebrar mis diez años de absurda obsesión por estos tipos. No pongo la portada que no me gusta, mejor una foto de esas que se les ve la cara y las camisetas.



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miércoles, 8 de mayo de 2013

The Green Hornet

Acabas de ver una película como ésta, con la que mal que bien has pasado el rato y te viene una reflexión a la cabeza: esto lo podía haber hecho cualquiera, lo podría haber hecho yo con mi primo y, por supuesto, un montón de pasta. Porque esto es lo único que parece lucir en esta película, el abultado presupuesto, porque de lo demás poca cosa.

Los diálogos son de lo más torpe y, sobre todo, sin gracia que he oído, tanto que parecen escritos con desgana o falta de inspiración (estamos hablando de gente que escribió "Supersalidos", "Superfumados" o "Los amos del barrio", no es Shakespeare pero tienen su aquél).Y van y eligen a uno de los iconos de la independencia creativa (sic) de los últimos años, Michel Gondry (aunque el hombre está totalmente instalado en el mainstream), para que le dé lustre visual a su guión y yo no veo ideas geniales por ningún lado: escenas de acción/persecución destrozonas, lo de la cámara lenta es de Matrix y está muy visto, ¿una escena con la imagen dividida para que veamos varias acciones? ¿original?, mucho efecto especial porque hay mucha pasta... En fin, nada memorable, no me podía quitar todo el rato la sensación de que todo en esta película se sostiene porque hay dinero detrás pero ninguna idea decente y es una pena.

La supuesta originalidad de la propuesta es darle la vuelta a los tópicos superheroicos dentro de una película de superhéroes, en fin, no sé qué tiene de original el asunto, porque héroes torpes han existido unos cuantos, de esos que resuelven los casos por la mano de otro que es realmente el bueno (anda pero si es el inspector Gadget!). Usan la idea del remake de la serie original (que desconozco salvo por el detalle de que el oriental era Bruce Lee) para parodiarla: operación ya repetida con "Starsky y Hutch" o la terrible "Los Vengadores" (la de Connery, Fiennes y Thurman). Vamos, que nada de nada. A lo mejor no les ha beneficiado que sean los productores/impulsores de la idea, hubieran necesitado un Judd Apatow que les metiera algo de caña.

Los actores están por estar, nada reseñable. Lo único que me sorprendió es que apareciera Edward Furlong (el crío de Terminator 2), un actor reconocido en sus tiempos mozos pero al que los malos hábitos le han pasado factura y de qué manera: vale que hace de yonki pero es que parece que no le ha hecho falta ni maquillaje, el tío está para el arrastre.

Así que el único mérito de la película es que, si puedes pagarlos, hay unos técnicos de puta madre en el cine americano. Y encima he pagado por verla con lo fácil que hubiera sido descargarla.


PD: Si todavía estáis ahí decid hola o algo es que me da la sensación que sólo entran aquí voyeurs para ver la foto de Halle Berry (en serio, que según las estadísticas del blogspot ha recibido unas 2000 visitas!). Me siento inspirado pero si esto no lo va a leer nadie, pues que me lo escribo para mí y cierro el chiringuito, no pasa nada.

lunes, 6 de mayo de 2013

El hombre anuncio protesta

Hubo un tiempo en que se podía protestar como explotado contra el explotador sin compartir mesa. Ahora los que protestan son también parte del problema. Es la pescadilla que se muerde la cola, forma parte del sistema que no sólo nos han impuesto, hemos sido cómplices, somos culpables también de ello. Esto no pretende ser demagogia: no todos estamos al mismo nivel. Pero nos podemos sentir igual de responsables dentro de nuestras posibilidades.
Ahora nos sentimos engañados por nuestras hipotecas con cláusulas abusivas cuando ni se nos obligaba ni se nos timaba. La documentación se entregaba, pasaba por un periodo de diálogo y discusión y luego se aceptaba supuestamente habiendo leído y estudiado hasta la letra pequeña (que de tan pequeña casi que no se ve, cierto es). Nunca ha sido obligatorio acceder a una vivienda en propiedad cuando existe el alquiler, y fuimos parte del problema por cuanto comprábamos casas que no podíamos pagar y, por tanto, aumentábamos el valor de cualquier vivienda al asumir siempre como válido un préstamo a larguíiiiiiimo plazo. Todo esto parecía bueno: para la construcción, para el consumo, para nosotros mismos. Si no fuimos capaces de prever que ninguna situación, ni buena ni mala, dura cuarenta años, ¿a quién culpar?
Efectivamente, a los políticos: ellos estaban en las direcciones de las cajas de ahorro que son las que han dado más préstamos a ciegas durante la bonanza, engañando al incauto mileurista (en tiempos de bonanza) mientras firmaba una hipoteca a treinta años de una casa que no se podía permitir.
Otra cuestión es la consabida corrupción: en Andalucía se lleva soportando una corrupción política a nivel local, regional y autonómico ya unos treinta años. Es la realidad que más conozco: se prefiere que te robe uno de izquierdas que uno de derechas. Conozco casos de enchufismo, de mariscadas y viajes a Cuba a costa de las tarjetas de la alcaldía, de asesores que no asesoran pero cobran, de tráfico de influencias, de políticos en nómina de empresas que recibían invitaciones y regalos cada pascua,... casi desde que dejé de chuparme el dedo. Pero ya sabíamos que se robaba, la cuestión es que nos daba más o menos que igual. Para una conversación de bar que daba. Pero ni se votaba en blanco, jamás he visto un acoso a un político, ni un escarnio público y los (pocos) medios que se atrevían a denunciar se les callaba tildándolos de derechas (que es más o menos como una mierda). Luego contemplo otra realidad (porque así nos lo hemos montado con el sistema autonómico), veo Valencia y tal para cual. Los mismos perros con distinto collar: ayuntamientos que llevan dos o tres legislaturas intervenidos, sobornos y regalos de constructores y empresas, enchufismo, gastos faraónicos para la nada más absoluta,... Esto es lo que he visto durante tres décadas y ahora ha explotado, en mi opinión, para nada bueno. Porque, ¿cómo vamos a conseguir que los políticos asuman sus errores, que se quiten de una puñetera vez esos privilegios legales que no morales (¿quién coño entiende que le paguen dietas hasta al apuntador del Congreso?), que dejen de malgastar dinero en estupideces y lo gasten en donde hace falta (que estamos en una situación de subsistencia no de bonanza), que dejen de responder con evasivas y nos tomen por tontos? Es realmente desesperante oír a unos (PSOE, IU) y a otros (PP) -porque éstos son los que han estado y están en el ajo-, cuando imposible no desconojarse con lo que dicen los nacionalistas que viven en su fantasía. Y hay buena gente, o eso creo yo, pero la puta disciplina de partido les dice que mejor calladitos no vaya a ser que... y esos se van o los echan que lo mismo da.
Así que ¿cuál es el único problema real que tenemos? El paro. No trabajar nos cercena, nos limita, nos imposibilita desarrollarnos como personas e individuos. Entonces buscamos culpables, que los hay, pero cuando se dispara a diestro y siniestro se suele errar: sindicatos, partidos políticos, empresarios, banqueros, Alemania, los especuladores, los ricos, el mercado (¿?), el sistema (¿?), la policía, la corona, los nacionalistas, las Comunidades Autónomas, los Ayuntamientos, la Iglesia, Obama, la administración pública, las subvenciones, los periodistas, los funcionarios y el sursum corda (que no significa lo que pensáis en latín). Un listado agotador de culpables imposible de tirotear, por mucho que lo intentemos.
Esto es un batiburrillo apresurado e desordenado de ideas que pretende la polémica y la reflexión, es un desahogo escrito de una situación que no es única, que no pasa sólo aquí, que no somos tan malos ni fuimos tan buenos, que me jode y me preocupa pero que creo que nadie, ni yo mismo, comprende ni tiene la solución.
En fin, que, por intentar -sólo intentar- resumir, en mi opinión van a pasar dos cosas: que la propia inercia mejore las cosas porque sí o que seamos el país que realmente somos, un modesto país del sur de Europa con más economía en negro que en blanco, que el ser humano no se ahoga aunque Dios apriete.

PD: Insisto en lo del desahogo, esto no es pensamiento único, son ideas parciales, incompletas, no razones. Y ya me gustaría que comentaseis pero ya me he vaciado un poquito. Ah, lo del título es por un chico que vi en una manifestación empapelado de mensajes con su uniforme de Adidas. ¿Alguna opinión?

Soldados de fortuna

El cine, como cualquier otro arte, se puede disfrutar en su versión oficial, digamos, la respetada oficialmente, que cumple el canon establecido, y en sus otras vertientes más discutibles, llamémosle B (o C o Z) pero, en muchos casos, igual de gozosas. "Soldados de fortuna" entraría en esa categoría B sin complejos, sin duda alguna, así que es muy pero que muy disfrutable.

La premisa no engaña a nadie: una empresa ofrece a gente dispuesta a pagar un pastizal la oportunidad de participar en una guerra para derrocar a un tirano de una ignota isla (inventada para la ocasión) en el Mar Negro. En el anuncio dan toda clase de garantías de que la cosa no tiene riesgo a pesar de que no es una batalla de paintball sino fuego enemigo real (¿!?). Vamos, que su verosimilitud es discutible, pero, qué demonios, al infierno con la veracidad si está entretenida.
Es ese tipo de películas que hubiera disfrutado horrores en los 80, y, gracias a Dios, sigo disfrutando si está decentemente rodada. Además, tiene un cásting esforzado y de prestigio: Christian Slater (me voy a hacer fan de este hombre), Sean Bean (me parece muy saludable que actores como éste trabajen sin complejos en películas A y B, y lo hagan bien siempre), Ving Rhames (inmortal desde "Pulp Fiction"), John Cromwell (el bueno de "Babe" o el mal de "LA Confidential"), Dominic Monaghan (el puto hobbit o improbable rockero tocapelotas en "Perdidos", es que este tipo me cae fatal), Colm Meaney (todoterreno que igual sale en una prestigiosa producción inglesa que en "Con Air" o esta misma), Freddy Rodriguez (el embalsamador de "A dos metros bajo tierra" o el protagonista de "Planet Terror"). Vamos, que ya quisieran muchas películas tener un reparto así.

Y la película, con sus improbabilidades y altibajos se deja ver en un suspiro, apenas hora y media de humor, acción y demás cosas molonas. Porque la película siempre intenta impactar con situaciones forzadas pero muy atractivas: Slater es fichado por la compañía montándole un numerito con unos moteros en una partida de póker dentro de una especie de granero preparado como un casino (en fin, una acumulación de cosas tan grande y ridícula que tiene que gustar, o no!); luego, se despierta en la caravana en la que malvive y se encuentra a la chica de la empresa desayunando con mesa, mantel y mayordomo, a tutiplén que se dice; Sean Bean aparece con una chica de su harén y decenas de botellas de champán (antes hemos visto cómo él y unas chicas en bikini ametrallaban desde un yate a unos piratas somalíes (!)) en el campamento de entrenamiento;... Los diálogos son todo lo sentenciosos que pueden ser: Colm Meaney amenaza con cortar los huevos a Freddy Rodriguez y le suelta: "Luego, estos talibanes terminarán de hacerte mujer" (!). Los personajes son todos estereotipos muy reconocibles (hay un broker millonario tipo Lehman Bros., un creador de videojuegos, una especie de Steve Jobs, un traficante de armas, un magnate del metal,...) y sus motivaciones, dentro de la parodia, no están del todo mal.
Bien, llegados a este punto pensaréis que a) un retrasado mental defendería esta película o b) qué demonios, por lo menos me reiré un rato. No es que sea muy listo pero la b) es una buena opción.

Según la IMDb es una coproducción Rusia/USA, con director ruso también así como parte de su reparto. Y, curioseando un poco más, resulta que uno de sus guionistas, Alexandre Coscas, ha sido asistente de producción de Avi y Danny Lerner en cosas como "John Rambo" o "Los mercenarios" así como otras producciones Nu Image/Millenium Films. Dios los cría,...
En fin, que una serie B de acción decente. Muy recomendable para pasar el rato. Y la comento porque ni Cristo se preocupará de recomendarla, ea.