miércoles, 17 de diciembre de 2008

ATENCIÓN: PREGUNTA

Ya que acabo de colgar una entrada recopilatoria, he pensado que podríamos hacer una lista de nuestro comentario favorito, nuestra entrada favorita o nuestra portada de las publicadas en el blog. Ya sé que confident lo intentó con lo de "la frase de la semana". Por ahí pueden ir los tiros.

PD: Incluso yellow debería animarse (si he acertado quién es).

martes, 16 de diciembre de 2008

Under the covers, vol. 1



Bien, recopilemos. El año nos ha ofrecido de todo: a nivel general, Zapatero sigue en el poder aunque yo voté al PP (es increíble cómo se puede pasar de votar a IU a votar al PP: "no son los años, cariño, son los kilómetros"), ha empezado la peor crisis de la economía global (que debería ser motivo de celebración entre "progresistas", comunistas, anarquistas y demás, pero lo que veo es que les gustaría, en realidad, recuperar otra vez el mismo sistema para poder criticarlo desde sus cómodas trincheras -Zapatero insuflando dinero a los "popes" de la banca y las grandes constructoras-) y parece que ha acabado la sequía; a nivel particular, sufrí una gran pérdida, me fui de un lugar muy querido a disfrutar de mis niñas y así verlas crecer, mi mejor amigo de toda la vida se ha casado pero me ha dado un poco igual; musicalmente, por fin se publicó el "Chinese Democracy" después de catorce años de espera y contemplé el regreso de Mark Olson a los Jayhawks, Nine Inch Nails se puso a regalar su último discazo en internet pero yo, fan irredento, me lo he comprado; "Antes que el diablo sepa que estás muerto" (cuyo título, por cierto, me recuerda a una reivindicable película que pasó con más pena que gloria por las carteleras hace unos ¡diez años!, pero que es muy recomendable, "Cosas que hacer en Denver cuando estés muerto") y "Pozos de ambición" es de lo mejorcito que he visto este año, escaso de grandes películas; y, de lectura, descubrí a Martin Amis por partida doble y me devoré tres novelas de Chuck Palahniuk, amén de mi ración mensual de superhéroes y cómic underground (léase, Thunderbolts, Vengadores, X-Men, Peter Bagge, los hermanos Hernández o David Lapham).

Esta es mi recopilación, a vuela pluma, del año. Os invito, O kirioi filoi, O cari amici, Oh divinos interlocutores, Oh afectos a mi devoción, que intentéis, en pocas palabras, resumir un año de vuestra insigne vida. Salve.

PD: Con los años me he llegado a obsesionar con la voz y la imagen de Robert Palmer, aunque es una pasión que llevo un poco en secreto porque no es un músico fácil de presentar y menos ahora, cuando se le relaciona con la música de sintetizadores de los ochenta (aunque empezó su carrera en los setenta, con unos irresistibles discos en los que intercalaba pop, funky y rock). Ninguno de sus discos, ni siquiera los recopilatorios, puede resumir la grandeza minimalista de este artista. Para explicarme un poco mejor: Robert Palmer es un músico que necesitas descubrirlo tú solo, sin prejuicios ni recomendaciones, escuchándolo sin prisas. Las dos portadas: "Double fun" es una portada muy evidente pero que no deja de tener gracia, él siempre hizo gala de su imagen de gentleman encantador y divertido, amante de las mujeres, bebedor y fumador (eso le llevó a la muerte muy joven, 58 años, de un ataque al corazón); "Pressure drop" es un gran disco pero su portada es todavía mejor, fetichista, sexy y elegante.

ATENCIÓN: PREGUNTA

¿Cuándo quedamos?
Sin estar seguro al cien por cien, me vienen bien los días antes de año nuevo. En fin, abrazos mil.

lunes, 15 de diciembre de 2008

La vida es sueño


No sé por dónde empezar. No esperaba una respuesta tan efusiva a mi ¿negativa? reflexión vital, pero he disfrutado vuestros comentarios al punto de releerlos cada uno de estos días. Los leo en cuanto salen pero no siempre tengo el tiempo suficiente para sentarme y reescribirlos. Sin duda, habéis creado una especie de collage anímico que lleva a la reflexión.

En primer lugar, no creo que mi visión degenerativa de la vida sea pesimista del todo, para mí es una especie de mecanismo de defensa para no creerme demasiado listo, ni demasiado bueno, ni demasiado malo, ni demasiado nada. En este punto es en el que creo que la ciencia aporta más verdades: somos "fisis" no "psijé", como dirían los griegos. En muchos aspectos, somos monos que soñamos ser dioses. Es un sueño fascinante, al que debemos agarrarnos pero "¿qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son". (Calderón dixit).

Por otro lado, sigo en mis trece con la Navidad, pero puedo añadir que estoy seguro que cambiaré de opinión cuando cierta personita tenga conciencia de estas fiestas. Seguro, segurísimo, que recupero algo de ese espíritu navideño.

Lo de confident con las palabras que se ha tenido que tragar es una de las primeras lecciones que aprendemos en esta vida. Siempre he desconfiado de las personas que hacen ostentación de su seguridad y firmeza, y no me refiero a las que transmiten esa sensación sino a las que alardean (dime de qué presumes,... ). Porque todos, en algún momento, tenemos momentos de debilidad y situaciones en las que rompemos nuestras propias reglas. A veces te sorprendes de tu virtud oculta, otras, mejor olvidarlas. Hay que ponerse en la situación para saber cómo vas a reaccionar ante ciertas situaciones, la base de toda presunción de inocencia. Aunque esta regla, como otras muchas, se rompen continuamente, llevados por nuestras manías (en griego significaba "locura" y se relacionaba con alguna especie de espíritu desabrido). Esto, como deja intuir confident en su comentario, se hace más acentuado al ir creciendo. Si me pongo en situación, jamás sería capaz de hacer una voltereta en el suelo raso fuera de una colchoneta, pero ahí estoy rodando de vez en cuando. Nada grave.
Se me viene otra idea a la mente, que son las personas que nos sirven de guía y ejemplo. Personas a las que cedemos parte de nuestras debilidades para que nuestra carga sea más leve.
Y ahí lo dejo.

PD: Una portada que me recuerda a noches de cigarrillos, cerveza y bourbon, y a viajes nocturnos a ninguna parte: "Whiskey For The Holy Ghost" de Mark Lanegan. Un Tom Waits de nueva generación que tiene una voz que descarga en cada nota cada gramo de nicotina y cada litro de alcohol que ha pasado por ahí. Todos sus discos en solitario son igualmente recomendables, especialmente: "I'll Take Care Of You", "The Winding Sheet" y "Scraps At Midnight". Así que si lo veis por ahí en alguna estantería o lo inmediatizáis con el dichoso e-mule, probadlo con un buen vaso de Jack Daniels.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Edad de Oro


Tengo una respuesta (a la pregunta de stif de la entrada anterior): cuando nos hacemos mayores sí empeoramos, para mí que la vida es una continua degradación. Podemos hablar desde el punto de vista celular (nuestras células se van renovando con copias de las copias de las copias hasta no poder delimitar sus líneas), físico (evidente, aunque Sean Connery haya ganado con la edad) o mental (nos volvemos más mezquinos, más desilusionados, estamos más quemados, a veces, la vida se convierte en una reminiscencia continua de "edades de oro" pasadas, y, de esto en el blog hay unas cuantas). De hecho creo que todo lo bueno que realmente vamos a hacer en la vida lo hacemos en los tres o cuatro primeros años de nuestra existencia. Es cuando somos seres totalmente inocentes e inconscientes de nuestros actos, cuando se nos puede disculpar todo y cuando somos, sin duda, adorables sin discusión. Y envidiamos luego la situación, el carácter y las ventajas de ser un niño de pecho. En esos primeros años, insisto, no somos rencorosos, no tenemos prejuicios y nuestro mayor pecado es no comernos la papilla y dormir de forma discontinua. Es la etapa, sin discusión, más plena y exitosa y hacemos felices a las personas que nos quieren sin esfuerzo. Es algo así como la teoría del "buen salvaje" pero aplicada a los bebés.
Luego, desarrollamos ciertos puntos fuertes, ciertas cualidades innatas: podemos ser cariñosos (tenía un primo que siempre ha sido muy cariñoso pero era también, para compensar, un hijo de puta con sus padres a los que insultaba y escupía -verídico- justo antes de haberlos abrazado), divertidos, extremadamente formales (los típicos niños repipis cuyos padres disfrazaban con un traje en las fiestas), gamberros o, simplemente, niños, adolescentes, adultos o viejos (es decir, como se supone que debemos ser).
Me ha dado por pensar en los genios, en esa gente extraordinaria que hace cosas extraordinarias y las regala al mundo. Podemos pensar que esas personas son lo que hace grande a la raza humana, pero creo que se vuelcan de tal manera en su arte, en su técnica (ya sea medicina, literatura, pintura, deporte,... ) que se descompensan en otras: Picasso era un ser abominable especialmente con sus mujeres; Einstein, al parecer, era un usurero egomaníaco; Kennedy era un mujeriego sin causa; la mayoría de músicos de los que tenemos noticias son caprichosos o estúpidos; ... Así que, al final, no son tan extraordinarios sino que deciden volcar todas sus energías en una de sus habilidades abandonando otras. Todos, por tanto, podemos ser extraordinarios en lo nuestro. Pensad en cualquier cualidad y pensad en personas que la desarrollan mejor que los demás: generoso, simpático, cariñoso, paternal/maternal, inocente, enamoradizo, tímido, holgazán, antipático ... Hay verdaderos maestros en el arte de la vida que jamás van a ser reconocidos con un Nobel pero es nuestra labor aplaudirles en su campo. ¿No os ha pasado a veces que habéis sentido hasta admiración de alguien torpe, alguien cuya torpeza llega a tal extremo que se puede considerar arte? Mi madre no es capaz de pronunciar correctamente ningún nombre anglosajón: Güendi Patrol (por Gwyneth Paltrow), los Ret Jo Chilis Nels (por Red Hot Chili Peppers), y así ad infinitum. Eso es arte.
Ya me voy por las ramas como de costumbre. ¡Albricias!

PD: Portada del día - Aunque abomino de ellos en la actualidad hubo un tiempo en que eran grandes, muy grandes: "Rattle and Hum" de U2. Y es que hasta en las portadas han perdido el punto estos irlandeses y sus últimos discos tienen unas portadas sosas hasta el disgusto. Pero ése fue mi primer disco de ellos (conservo el vinilo ajado del uso, regalo de unos Reyes Magos de Oriente de un lejano año). Y, por ellos, hoy entono: "Disaaaaior, disaaaaior, beeeernin, beeeernin,...".

martes, 9 de diciembre de 2008

Contraportada


Como los comentarios de stif/confident (¿eres el mismo?) tienen tanta entidad o más que la primera página del humilde blow, voy a tratar temas de las últimas entradas.
El que me parece más cercano es de los amores platónicos. Afortunadamente no me he prodigado mucho en este tipo de relación, pero recuerdo que había en mi clase de tercero de BUP una tal Salmerón (la gente que recuerdo del Instituto siempre es por su apellido o su apodo: Fernández, Romero, Ciborro, los Krispis -pijos oficiales del Centro-,... ) que lo tenía todo para mí: inteligencia, era realmente brillante en los estudios no sólo "empollona", le gustaba The Cure y tenía ese tipo de belleza reconocible pero no evidente, es decir, crecía con su presencia. No era como la Leticia de stif que devoraba su alma romántica, pero es la chica con la que me gustaría haber tratado en esa época. Al igual que stif, jamás tuve una relación más que cordial con ella y dudo que se acuerde de mí. Tampoco me la he vuelto a encontrar y, seguramente, ni me daría cuenta si la viera. De hecho, la lectura del comentario es la que me la ha traído de vuelta, pero sin el halo especial que tiene el relato de stif. En realidad, fue un sentimiento muy efímero pues, como casi siempre pasa con los amores platónicos, terminó con una decepción de la que, por supuesto, era ajena la Salmerón: se lió (o juntó, o ennovió) con un capullo integral al que odiaba (o, mejor, quería obviar).
Insisto en lo que me ha gustado el comentario de stif/confident que invito a que leáis o repaséis porque habla de pérdidas también. Una vez alguien me dijo que se enamoraba cada dos por tres de alguien, no tenía porqué ser una conocida, podía ser alguien que pasaba por la calle o que reconocía en algún relato. Pero eso ya no podía tener las mismas connotaciones que cuando eres adolescente. Siempre el amor no reconocido ha sido un sentimiento universal, válido incluso, pero el poso de romanticismo que deja en la pubertad pasa a ser más amargo en la madurez por la imposibilidad no sólo objetiva sino también sentimental de abrigar más que unas breves notas que deben desvanecerse para que no te corroan.

PD: Esta entrada la escribí ayer pero no tuve tiempo ni ocasión para publicarla, no pienso ni releerla ni retocarla porque capta el momento. Ahora la publico con una gran portada de un disco que no conocía y que sólo adquirí por la impactante portada: "Peter Gabriel 2" de 1978 (o también conocido como "Scratch" por la portada en la que "rasga" el papel). Luego he sabido que es un álbum que odia el propio Gabriel (a mí me gusta pero mi favorito sigue siendo el "So": "In your eyes", "Don't Give Up", "Sledgehammer", "Red Rain",... un clásico).

jueves, 4 de diciembre de 2008

The song remains the same



Voy a jugar a las adivinanzas: "stif" es por Steve McQueen y "azul" porque te gusta el azul (o por los ojos azules o por los cielos azules que contemplas). Esto va en homenaje a las dos entidades que me dieron un gusto ayer. Coincido con azul en "las pequeñas ilusiones" que son los comentarios de este vuestro blog. Si ese pequeño aparato que manejáis sirve para algo es para que os vaciéis un poquito en este rincón y me acuerde de lo que me hace falta veros. Yo tengo también un aparatito pero es de los tiempos del reloj Casio y los organillos electrónicos (¿alguien se acuerda del PT1, de color blanco y melodías pregrabadas? Ése que nos iba a convertir a todos en músicos potenciales y salvar la jubilación de nuestros padres). Ese triste aparatito sólo sirve para anotar las faltas y los retrasos, amén de ser feo con avaricia.
Me doy cuenta que cuando nos ponemos reflexivos solemos hablar de pérdidas y recuerdos. Y no pasa nada, quizás una de las mejores maneras de disfrutar el presente es rememorar el pasado. Ya lo decía Platón, somos memoria viva y es lo que vamos a dejar cuando ya no estemos aquí: recuerdos. Creo que el alma es eso, un recuerdo de lo que somos y por eso vamos a pervivir lo que nos recuerden.
Anoche estuve viendo un documental en donde describían una vida occidental en cifras: cuantos kilos de alimentos consumiremos, cuantos rollos de papel gastaremos, cuantos litros de alcohol, cuantas horas durmiendo,... Claro que advertían que era una media: el alcohólico sube la media del abstemio y así. Lo más morboso eran las cuestiones sobre relaciones sexuales (10 parejas sexuales y unos 4.500 coitos) y lo más curioso, que tendríamos unos 1.500 encuentros con personas a lo largo de nuestra vida, trataríamos más íntimamente con 300 en nuestro mayor apogeo social (más o menos los invitados a una boda convencional: familia, amigos, conocidos, compañeros de trabajo, de estudios)y dejaríamos una huella indeleble en unas 130 personas. Ah, y se supone que han establecido una media de enamoramientos (aunque la definición de enamoramiento no me queda muy clara: ¿cosquillas en el estómago? ¿acaloramiento general? ¿brillo en los ojos?) y eran 3 en toda nuestra vida. No sé si siento decir que no creo que llegue a ninguna de esas cifras, ni ganas. Si me he agotado nada más que escribiéndolo, no me imagino viviéndolo.
Pero una de las últimas cifras entronca con lo del recuerdo que he dicho antes: 130 personas nos recordarán cuando estemos muertos. Luego, nuestro recuerdo se perderá (supongo que nadie recuerda a sus tatarabuelos, a no ser que sean ilustres) y nosotros, finalmente, descansaremos.
Los griegos y lo romanos no tenían cielo ni infierno, todas las almas iban a un mismo, oscuro y olvidado lugar: el Hades. Había ciertas categorías: los que se habían portado mal con los dioses recibían un suplicio eterno (normalmente eran héroes caídos en desgracia, no gente normal), los que no habían recibido sepultura ni habían sido incinerados vagaban como fantasmas atormentando a sus familiares y al resto borraban sus recuerdos y los colocaban en un jardincito con vistas a la laguna Estigia. Total, que si eras un mindundi, una persona del montón tu única posibilidad de convertirte en inmortal era dejando una marca en la tierra. En este punto debo advertir que todo esto viene a que somos "romanos" y "griegos" en esencia. Entonces, algunos, sobre todo creyentes en una vida mejor después de ésta, se preguntan cómo entonces los que no creemos en el Paraíso o el Infierno establecemos una moral en esta vida, si de todos modos vamos a desaparecer sin más, sin Juicio Final ni zarandajas de ésas. Y la respuesta, en mi caso, es ésta: porque quiero que los que me sobrevivan me recuerden sonriendo y esbocen una sonrisa por mí. Mihi placet.

PD: No sé si estoy agotando vuestra paciencia u os queda algo que añadir, espero que sí. ¡La portada! Como el título de hoy hace alusión a uno de los más grandes grupos de todos los tiempos, Led Zeppelin, ahí va la que más me gusta: "In through the out door". Uno de sus últimos discos, poco conocido pero igual de genial. Me gusta porque es muy cinematográfica. Pero también creo que el día da para otra portada genial: "Wish You Were Here" de Pink Floyd. 'Nuff Said, Stif!

martes, 2 de diciembre de 2008

De perdidos al río




Este año he decidido no maldecir la Navidad, no decir nada malo de ella, quedarme con lo bueno y esperar que esta actitud me ayude a pasarlas. Son unas fiestas demasiado cortas para quedarse en casa y justificarlo y demasiado largas para no visitar a los seres queridos (o queridos seres de otro planeta, debería decir). Porque las familias me resultan cada vez más un animal extraño con el que tengo trato de vez en cuando y del que me sorprende casi todo: su origen, su fisonomía, su comportamiento y ese deseo de volver a encontrarnos que tenemos todo hijo de vecino. Creo que es una ventaja no tener que hacer el esfuerzo de encontrarte con tu familia, pero cuando supone viajar cientos de kilómetros y estar en casa ajena, cambia el asunto. No sé si soy yo si son ellos o son los kilómetros, pero... Dejémoslo que me desahogo.

ATENCIÓN: PREGUNTA: ¿Habéis hecho alguna vez propósito de año nuevo y lo habéis cumplido? Por alguna extraña razón vuelve el tópico y parece que hacer propósito de enmienda en año nuevo es más eficaz que hacerlo, no sé, en marzo o junio. Visto que a mí esto de las fechas cada vez me resbala más, no me ayuda en nada hacerlo en año nuevo. Jamás recopilo el año en esas fechas, ni lo resumo, ni nada. Hace unos años me acuerdo que me encantaba hacer listas: el mejor disco, la mejor película, el mejor libro de ese año (incluso, debo admitirlo, me divertía haciendo encuestas entre familia y amigos). Pero esto es gusto por los hit parade, no espíritu navideño. Además, creo que soy mejor persona en febrero o en julio que en enero y no digamos nada de finales de diciembre. Bueno, ya que estamos, me hago un propósito: beber y fumar lo que pueda este año que viene. No está mal.

Y hablando de eso, hace poco me pasaron una encuesta de fumador y respondí que no que quería dejarlo porque no supone un problema para mí fumar unos tres cigarrillos al día (de diario, un fin de semana normal ni los huelo). Y me sentí como una especie de descerebrado por no querer dejar algo que se supone que me hace daño. Pero es que hay cantidad de cosas que nos hacen daño en la vida y las mantenemos porque nos compensa ese sufrimiento. ¿Qué son sino las relaciones? Mantenerte cerca de una persona el mayor tiempo posible, esperando lo mejor pero preparando lo peor. "Quien bien te quiere te hará llorar". Qué son un par de cervezas o unos cigarrillos al día frente a una relación sentimental. He visto a gente cuya vida es un infierno a causa de una relación de pareja y su tabaquismo es el menor de sus problemas. ¿Que me muerdo las uñas? ¿Que bebo entre semana? ¿Que no preparo mis clases? ¿Que me dan miedo los maniquíes? Nah, eso es una tontería, tendríais que ver mi cuenta a final de mes, eso sí duele.
Amigos, me doy cuenta de cómo hablo de una cosa, salto a otra y, al final, ¿de qué va esto? ¡De la vida! ¿Es que si nos cortamos no sangramos? ¿Es que si me pegan no me duele? ¿Es que si voy a una ciudad que no conozco no me cuesta horrores encontrar aparcamiento? Soy una persona, soy un hombre, a pesar de lo que digan por ahí. Podemos hacerlo, chicos.

ATENCIÓN: OTRA PREGUNTA: ¿Cómo decís "bla, bla, bla"? ¿Balbuceáis? ¿Decís un montón de palabras sueltas mientras bajáis la voz? ¿quizás "etcétera"? Ejemplo: Pues está esto y esto y bdlkjdhieuhvcfe....

PD: ¡La portada! Pues como Guns 'N' Roses han sacado, por fin, su disco después de catorce años, "Chinese Democracy", me da por poner mi portada favorita de ellos: la del "Appetite for Destruction" (¡Discazo!). Y, además, en sus dos versiones: la censurada (la del robot violador) y la canónica (con una cruz y dibujitos de sus esqueléticos rostros). Saludos.

viernes, 28 de noviembre de 2008

What a wonderful world



I see trees of green........ red roses too
I see 'em bloom..... for me and for you
And I think to myself.... what a wonderful world.

I see skies of blue..... clouds of white
Bright blessed days....dark sacred nights
And I think to myself .....what a wonderful world.

The colors of a rainbow.....so pretty ..in the sky
Are also on the faces.....of people ..going by
I see friends shaking hands.....sayin'.. how do you do
They're really sayin'......I love you.


I hear babies cry...... I watch them grow
They'll learn much more.....than I'll never know
And I think to myself .....what a wonderful world

Para mí, Vera es de verdadero, de verdaderos amigos, verdadera compañía, sentimientos de verdad, sin imposturas ni dobleces. Puedo ser lo que quiera cuando quiera, puedo ser yo mismo y os encuentro ahí, a mi Vera.

(Estaba escuchando una versión delicadísima de Stacey Kent de esta canción y me vino a la cabeza lo suscrito arriba. No sé si es cursi, si es de prestado, si os va a gustar, pero es sincero.)

PD: Pongo portada de disco: "El corazón" de Steve Earle. El primer disco que escuché de este inconformista cantautor estadounidense con alma country y corazón rockero. Los dibujos me recuerdan a tatuajes, llenos de simbolismo. Gran disco, gran portada. (Me estoy devanando los sesos pensando en discos mediocres con grandes portadas pero no recuerdo ninguno, en cambio grandes discos con portadas horribles hay unos cuantos).

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Cosas que salvé del fuego



Como me he puesto a recordar, he rememorado mis horas y horas de lectura de una tira cómica (una "comic strip" como dicen los americanos) memorable que tenía ese punto entre la ingenuidad y la clarividencia de los que saben contemplar al mundo con inteligencia y reflexionar sobre ello. Se trata de "Calvin y Hobbes" (por recomendar: una muy buena lectura, para días de lluvia, sobre lo divino y lo humano). Se editó durante diez años y, de repente, el autor, Bill Watterson decidió ponerle fin y retirarse del mundanal ruido para casi desaparecer. En ese momento era la tira más publicada en el mundo y siempre, lo sigue manteniendo, se ha negado a explotar a sus personajes fuera de la viñeta. No hay merchadising, ni dibujos animados, ni videojuegos, ni nada que se le parezca (al contrario que la obra de Schultz, "Peanuts", a la que Watterson consideraba un referente; ya sabéis "Carlitos y Snoopy"). Estamos ante uno de esos artistas mayores consecuentes con su obra y, dado el punto de vista que ofrece en estos cómics, abandonar cualquier contacto con un mundo que le resulta ajeno. Una delicia con la que te ríes, sueñas, te hace pensar, todo con un punto melancólico irresistible. En serio, esto es un monumento. Cuelgo un par de tiras que he cogido de internet, pero es para olerlo en papel.

PD: Mmmm, una película para días de lluvia... "La hija de Ryan", el testamento cinematográfico de David Lean (el de "Lawrence de Arabia" o "Doctor Zhivago"), donde las fuerzas de la naturaleza se desatan como los sentimientos de los protagonistas. Una película no tan conocida pero igual de brillante que, en mi opinión, tiene muchos puntos de conexión con "Rompiendo las olas" de Trier o "El hombre tranquilo" de Ford. Un melodrama de los de antes con un Robert Mitchum insuperable.
O "El próximo año, a la misma hora" de Robert Mulligan, una delicia romántica, sin cursilerías, de un hombre y una mujer que tienen un encuentro, un solo encuentro, cada año, durante décadas.
Siento ser tan pesado, pero es que si me pedís que recomiende, no paro. Abrazos.

Things falling apart


Sí, parece que estamos poniéndonos reflexivos, pero después de la reflexión viene la juerga, la charanga, el darle a la sardina,... (¿por qué se dirá "la juerga padre"? Me parecen dos palabras antitéticas). No sé si serán vuestros comentarios o que se me ha quitado el dolor de estómago, pero hoy estoy de buenas (¡y eso que hace un frío de mil demonios y llueve! ¡Pero no en mi corazón!). Pero no de las buenas, de buen rollo, hoy me gustaría patear culos y destrozar cosas. Vale, me he pasado, es broma pero a medias. Pero es que estoy recordando mi etapa más autodestructiva, la de los 18, 19 años. En esa época me autolesionaba (nada importante, golpes en los nudillos, algunos cabezazos, total, lo propio de la edad, ¿no?), mi cuerpo era un saco de huesos (me alimentaba a base de pasta con tomate, atún y pan) y empezaba a beber y fumar un poquito más de lo habitual. Además mis lecturas habituales eran Sartre, Nietszche, Burroughs, Bukowski, tipos poco recomendables para un día soleado de playa pero sí buenos si estabas viviendo una contínua angustia existencial. Es decir, todo me importaba una mierda empezando conmigo mismo. La idea del suicidio se me pasó por la cabeza pero, afortunadamente, me asustan las alturas y descubrí que no tenía valor para cortarme las venas (tanta sangre me marea). En este punto no quiero que esto parezca un drama porque luego me he dado cuenta que todo era una mezcla de falta de vitaminas y que me sentía más solo que la una. Eso de que nadie me entiende ni me quiere. Por suerte no me daba por echarle la culpa a los demás, no sentía odio por la sociedad, ni me sentía a gusto siendo un bicho raro (en serio, tendríais que haber visto la pinta que tenía en la facultad, huiríais). Era como era y, a pesar de todo, me aceptaba así. Creía que siempre iba a ser igual, ergo no tenía muchas ganas de continuar. Pero siempre venían a mi rescate Woody Allen, John Ford, Peter Bagge, Frank Miller, Chris Claremont, Eddie Vedder, Axl Rose, Howard Hawks, Daniel Clowes, Chris Cornell, Sting, David Lynch, Billy Corgan, Abel Ferrara, David Cronenberg, Chris Robinson, Peter David, Alan Davis... (no podría parar de citar así que paro) y sí había dos personas reales que se incorporarían después. Y, de entre todos, el que estaba artísticamente más cerca de mis sentimientos que es el simpar Trent Reznor (alma de Nine Inch Nails). Y esto entronca con la portada de hoy, "The Downward Spiral" de Nine Inch Nails. Quizás deberíais saber (si no os lo he contado ya) que es un disco temático acerca de los sentimientos que Reznor tuvo a raíz del suicidio de un amigo y sobre sus propios deseos autodestructivos. Este disco me hablaba, ahora es un pedazo de mi historia y sigue siendo un gustazo escucharlo con otra perspectiva.

PD: Seguid comentando que es gerundio y es un gustazo. Os quiero.

martes, 25 de noviembre de 2008

With or without you


Y de repente me desperté una mañana de lunes y no tenía ni café, ni cervezas, ni tapas, ni conversación. Desde entonces estoy de resaca. Eso es lo que me pasaba y hasta ahora no sabía explicar: formáis parte de la vida que quiero tener y me gustaría teneros todos los días un poquito. Sé que este blog está sirviendo para eso, pero es que después de ese fin de semana me he quedado un poco vacío. "Lost in translation" que diría el fino. No soy infeliz, pero tengo carencias y soy consciente que siempre las tendré. Esto es una lección de vida: nunca podrás alcanzar del todo tus objetivos porque no puedes decidirlo todo tú solo, siempre hay factores que escapan a nuestras necesidades incluso las más humildes. Me gustaría agarrar de las solapas al chupatintas de turno y preguntarle porqué los factores humanos no son más importantes que los administrativos. Este concurso de traslados debería rellenar casillas del tipo "¿cuántos amigos tienes en tu centro de destino?", "¿te gusta el centro?", "¿hay vida (inteligente o no) en tu centro?", "¿quieres tenerlo todo en el centro que te adjudique el dichoso ordenador?"... En fin, tonterías.

Cambiando de tema, tono y contrabajo, voy a estrenar lo de poner fotos en el blog. Se me ha ocurrido que podríamos hacer un ciclo de portadas de discos que nos gustan. Siempre me he descubierto observando durante horas portadas y libretos de discos. Odio cuando abres el cartoncito y sólo encuentras unas tristes hojas con los datos de la grabación. Pero cuando te regalan la vista y el oído con libretos como el del "Achtung Baby" (ya sé que dije que ya no los aguanto, pero eso es ahora) o el "Downward Spiral". Total que voy a inaugurar la sección con el grupo que más veces se ha repetido en mi banda sonora. Damas y caballeros: "Synchronicity" de The Police. Preciosa portada tricolor con unas fotos de los más sugerentes (y pedantes todo hay que decirlo).

jueves, 20 de noviembre de 2008

Maravillas

Hay tanta cercanía en vuestros comentarios que podría tocaros. No sé si seguir por ahí porque me emociono.

Por cambiar diametralmente de tono, voy a comentaros dos casos alucinantes que he presenciado estos días en los noticiarios. La primera hace referencia a la famosa cúpula de la ONU de Barceló. Estuve viendo las noticias de la 1 donde hacían un repaso a las portadas del día y los locutores no mencionaban, ni por asomo, el polémico asunto aunque la mayoría de las portadas estaban copadas por una foto enorme del engendro. En cambio, sí mencionaban las pequeñas columnitas que había en los extremos (incluyendo, sobre todo, las de un problema en el PP valenciano). Para ese telediario España era un mundo feliz donde por la noche jugaban los Campeones de Europa.
Otro hecho alucinante es la negativa de Zapatero (a instancias de miembros de su partido)a no ponerle una placa en el Congreso a Santa Maravillas (es como Wonder Woman pero de hábito), a pesar de haberlo aprobado la mayoría de los parlamentarios. El anticlericalismo de bolsillo que practican la mayoría de los zapateristas y nacionalistas del Parlamento es alucinante. No soy católico practicante ni le debo nada a Roma pero, por lo que he leído, ponerle una placa a una señora que dedicó a los pobres toda su vida me parece justo. Joder, si le pusieron el nombre de una calle a AC/DC. Si a Zapatero le van a poner una placa por hacer lo que está haciendo y le invitan a cervezas en su pueblo, me parece que un pequeño homenaje a una mujer buena no le hace daño a nadie. La demagogia campa a sus anchas por lo que se ve.

PD: Siento no poder escribir más sobre vuestros comentarios pero es que, en este caso, sobran las palabras. Maravillas.

martes, 18 de noviembre de 2008

Where everybody knows your name

Lo mejor que puedo decir de este fin de semana es que fue como esperaba y que fue como siempre. Pude comprobar que no hemos cambiado: bien. Me emocioné, me reí, lloré, bebí como hacía meses que no hacía y comí demasiado. Y lo que espero para el futuro es que se repita. Pero sin tanta atención a mi persona, que no soy para tanto y que no estamos tan lejos. En verdad, no moví un dedo prácticamente en todo el fin de semana, parecía que estaba en un hotel de cinco estrellas en el Caribe, menudos anfitriones estáis hechos. Entendedme, es que aquí no paro.

Eso me hace reflexionar sobre lo de acoger a alguien en tu casa: ¿cómo se hace? Mi caso es que cuando alguien viene a donde estoy y se supone que tengo que enseñarle lugares típicos del lugar o recurro a una guía (eso que almacenas en el coche y luego lo reciclas) o tiene que haber otra persona que lo haga. Para mí el lugar donde me encuentro es más desconocido que el lugar que he visitado ocasionalmente. No sé ni de calles ni de monumentos. A veces voy por aquí y parezco un turista porque me cuentan no sé qué de una iglesia barroca o una fuente de algo mágico y no tenía ni idea. Las pocas veces que tuve un invitado allí no sabía dónde llevarlo a comer o qué se podía hacer por la tarde porque sólo conocía la rutina del restaurante de menú y el bar de tapas. En serio que admiro aquél integrado en un lugar, que parece tener una simbiosis con su ciudad o su pueblo y hasta habla con orgullo de él. Por definición hablo mal del lugar en el que nací y en donde resido. Para mí el paisaje que contemplo es el paisaje humano. Los lugares donde he estado son la gente que he conocido y he terminado apreciando. Así que puedo hablar de la buena charla que tuve allí con tal o cual persona pero recuerdo vagamente el lugar. Por tanto, si alguien viene a mi casa, prefiero quedarme en el salón charlando con un café y unos cigarrillos que llevarle al Seminario que encima tiene una subida de alta montaña.

PD: Gracias por todo. De verdad.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

ATENCIÓN: PREGUNTA

¿Cogéis el teléfono si marca "número privado" o "desconocido" o tiene tantas cifras que parece que te llaman de Manchuria? ¿Por qué suelen marcar esos números en horas intempestivas como las tres de la tarde o las nueve de la noche? ¿Hasta qué hora es lícito llamar a una casa: las diez, las once?

PD: Creo que la telefonía marca el límite entre la comunicación auténtica, cercana, y la incomunicación total.

Alegrón

¿De qué va hoy? De que me voy pallá y creo que no necesito contaros muchas cosas esta semana. Así que estoy contento y expectante: ¿estaréis igual? ¿tendremos de qué hablar? ¿os enrollaréis con cosas del centro o hablaremos de la vida, la muerte y el sexo? Ya sé que no ha pasado mucho tiempo pero nos estamos acostumbrando al nuevo statu quo y parece más lejano el ayer (¡qué poético!). Estamos en un río y ahora nos toca aguas poco turbulentas pero en el riesgo está la emoción. Yo sé cómo va a ir el día, lo tengo planificado sin necesidad de pensarlo y si lo pienso da igual porque es lo que tengo que hacer. Antes había ciertas rutinas pero podías planear algunas salidas de tiesto. No es ni mejor ni peor, es distinto y más gratificante en algunos aspectos (huelga decirlo).

Habemus concertum, esta es la propuesta: 30 noviembre, domingo, Valencia, Gary Louris y Mark Olson (los Jayhawks vamos). Sé que no os va a matar la idea pero es realmente excitante sólo la idea de planificar un concierto. Porque AC/DC ha agotado entradas y Franz Ferdinand toca en Barcelona (¡cómo me gustaría corear "Take Me Out" en un concierto con unos cuantos de los que léeis esto!).

PD: Pos yastá. Que a ver si esta tarde me aclaro con los últimos detalles. Ah, y la hora que aparece en el blog está siempre equivocada: Son las doce de la mañana, pero por aquí abajo saldrán las tres de la madrugada o así.

lunes, 10 de noviembre de 2008

En el interior

Es genial esto de Internet, pides más comentarios (si se tercia) y aparece EMPRENDER y soluciona el problema: ¡publicar el mismo tres veces! Genial, en serio.

Entre otras cosas ayer oteé el horizonte del levante almeriense para ver a quién me voy a encontrar allí este viernes (y el sábado y el domingo). Uno tocado y otro agua, los demás parece que me lo vais aclarando... ¡Necesito un catre, cerveza y buena compañía! Casi ná. Pero, aviso, no sólo necesito veros, necesito tocaros, oleros y llevarme un mechón de vuestros cabellos (esto lo he puesto porque rima).

Ayer estuve viendo una de las películas más desagradables y gratuitas que he podido llevarme a la retina: "A l'interiour". Una francesa de las bestias en donde un animal de bellota en forma de mujer acosa a una chica a punto de parir. Imagínate lo peor que le puedes hacer a una mujer en ese estado y voilá. Tan "disgusting" que al final te ríes (cualquiera que la vea sabe cómo va a terminar pero, cuando pasa, casi no te lo crees). Por supuesto, tuve pesadillas. Me tengo que mirar eso de que me gusten ciertos espectáculos.

No os lo he contado pero estas semanas he provocado graves conflictos con algunos de los pilares de mi vida (no se trata de mis chicas). Pero creo que es demasiado íntimo y, afortunadamente, prefiero contároslo en privado. Y si soy así de críptico es porque durante este tiempo he tenido esa sensación de aturdimiento que me da cuando sé que tengo que hacer algo pero no me apetece en absoluto. Suelo buscar, no me escondo, la salida más cobarde: una excusa convencional. Y es curioso porque sería más fácil afrontarlo pero me siento demasiado ajeno en mi situación a aspectos de mi vida que fueron importantes. Ahora dependo de la bondad de las partes afectadas. Esperemos. (Siento ser tan poco explícito pero necesitaba soltarlo sólo para mí).

PD: Hoy una de cal y otra de arena. Y lo de ir este viernes va en serio.

¿Qué hacéis el fin de semana que viene?

Pues eso, responded.

viernes, 7 de noviembre de 2008

La Guerra Kree-Skrull

Últimamente me da por soñar en bichos raros, dragones, sociedades fantásticas y visitas a videoclubs y tiendas de cómics. Nada de sexo, un poquito de violencia y la típica basura de serie B que he consumido durante años. Porque a veces me da por pensar que he perdido un poco el tiempo viendo películas baratas y leyendo cómics de superhéroes en vez de empaparme de verdadera literatura. Pero estamos en la época del relativismo y hay personas que ponemos al mismo nivel "Don Quijote" que "La Cacería de Kraven" de Spiderman (¡qué demonios! Me lo he pasado mucho mejor con la segunda). Un patetismo cultural que me deja a la altura del betún y que me descalifica para cualquier trabajo intelectual. Eso creía hasta que presencié, en un documental titulado "Conspiración extraterrestre", a un profesor de Filosofía de la Universidad de Oxford diciendo que el universo está encerrado en un disco duro alienígena y todos somos programaciones computerizadas. No hay nada como un "nerd" de éstos para justificarse: sus referencias culturales son peores que las mías (está claro que cualquier mohosa historia de Spiderman es mejor que la trilogía Matrix). Tiempos extraños.

PD: Esta semana parece que me he escaqueado pero va a ser que sólo he tenido tiempo para pildoritas. La semana que viene me pongo con el bote. Abrazos (¿se dice "hugs" en inglés?).

lunes, 3 de noviembre de 2008

With teeth

Ayer estaba en la consulta del dentista, viendo cómo introducía sierras y pulidoras en mi boca, y lo único en lo que pensaba es si se tiraba a la enfermera porque no paraban de tontear entre ellos. Eso me recuerda a un episodio de Seinfeld en el que pensaba que le habían sedado y el dentista y su ayudante lo hacían mientras él estaba inconsciente. Ya sé que es uno de los tópicos sexuales más manidos, pero no está mal ver esas estancias tan pulcras y frías como antros de perversión facilona (médicos salidos y enfermeras dispuestas).
También tuve un sentimiento de pérdida por el diente que me extrajeron. Era un diente que tenía desde pequeñito tras uno de los colmillos y que me sobraba pero al que me había acostumbrado. Uno de esos dientes a los que el palillo da sentido porque agarraba los trocitos de comida como un condenado a los barrotes. Era mi diente feo y malo pero era mi diente. Ahora, cuando coja un palillo de dientes, lo levantaré en su honor y exclamaré "¡por ti, nunca más!".

Después de esta tontería no me queda más que hablar de las dichosas elecciones estadounidenses. Una de esas noticias noticiosas (como diría Gomaespuma) que les encanta a los periodistas españoles porque aporta la distancia de decir lo que les da la gana sin ningún criterio. Oyes las tertulias y lees los editoriales y no tardas en darte cuenta de lo barato que es hablar de algo que no entiendes. . La distancia es el olvido como diría el poeta, pero también la ignorancia (que es osada). Sólo me fío de los corresponsales, esos emigrantes de lujo que han estado el suficiente tiempo en un país como para saber cómo respira. Así que bajo el prisma local Obama es "güeno" y MacCain un pistolero malote. Menudo análisis.
Mi argumento está claro, opinar desde fuera, sin condicionantes, sobre algo no te hace conocedor de nada. Creo que al contrario, es hablar por hablar. La realidad es compleja pero nos gusta simplificarla. Un slogan, una cita, una frase lapidaria nos reconforta pero no lo hace más fácil. Creo más en los análisis desde dentro, pasionales y partidistas. Me gusta que la gente se involucre en los temas y grite o calle cuando crea conveniente. Enfrentas opiniones y llegas a una pequeña y mediana verdad.

PD: Una recomendación electoral: "Homecoming" de Joe Dante (aquí se tradujo como "El ejército de los muertos" o algo así). Una mini-película (forma parte de una serie de televisión, "Masters of Horror", donde cada episodio es independiente) basada en un relato llamado "Death and sufrage". Una pildorita venenosa contra la administración Bush y el amaño de las elecciones con muertos vivientes de por medio. Los zombies no dan miedo, son los republicanos.

jueves, 30 de octubre de 2008

Noche de brujas (y brujos)

Todavía disfruto pasando miedo. Lo justo y siempre con las excusas que conocemos: una película, un relato, alguien contando una historia, ... Aunque creo que prefiero el término "mal rollo" o el inglés "disgusting" (algo así como vomitivo o asqueroso). Esto es lo que se dice tener miedo en un entorno protegido, sabiendo que es una fabulación, un teatro. Eso es placentero, incluso catártico. Lo que no lo es tanto son los miedos reales: los de la hipoteca, las peleas, las tensiones de pareja, las guerras, las enfermedades, las reformas de casa o la factura del taller. Eso sí que da miedo. Todavía recuerdo esas noches con "a ver cómo y cuándo llego a casa". ¿O no es miedo a cómo me verá cuando iba hecho un "pinchito" los viernes o los martes? Esos miedos no molan.

PD: Hoy no me da para más. Pero la pregunta es la siguiente: ¿qué os da más miedo?

miércoles, 29 de octubre de 2008

The grapes of wrath

Hoy estoy más tranquilo, en calma chicha como se suele decir. Y hoy es mi segundo día en el dentista. Es la primera vez en mi vida que voy a una consulta odontológica (si exceptuamos un diente que me quitaron hace tantos años que no me acuerdo y culminó con un "Pantera Rosa", ese polo rosa 100% artificial de Camy). Lo curioso es que, a pesar de lo poco que he requerido los servicios de un dentista, trabajé un tiempo como chico de los recados de un protésico dental (no entro en detalles porque es algo doloroso para mí, hablando en serio) y visité muchas consultas para llevar encargos. Creo que los ruidos y comentarios que escuché me terminaron de quitar las ganas de intentarlo. Además, son consultas muy asépticas, más de lo habitual, y los dentistas tienen un punto chulesco algo antipático (son como los Ferrari de la carrera médica junto con los cirujanos plásticos).
Cosas: todo el mundo habla de crisis pero yo me siento un poco ajeno a un fenómeno que todos sabíamos que iba a ocurrir. Todo son palabras huecas, diálogo de besugos, nada que no se haya dicho ya. En España nos hemos olvidado de tiempos no tan pretéritos cuando los que éramos más jóvenes no disfrutábamos de la bonanza de estos últimos años. Y no me sentía infeliz. Así que esta sociedad nuestra a lo mejor necesita un enema (parafraseo a Jack Nicholson en el Batman de Tim Burton), un toque de humildad, para hacer las cosas mejor y más pegadas a la realidad, a lo básico e importante. Cierto que disfrutamos de una posición envidiable en esta coyuntura, pero cierto es que hay personas que podrían haber gestionado mejor la riqueza que han disfrutado y parece haberse volado en dos días. Cuántos chicos de veintitantos, ganando un pastón en la obra, se lo han gastado todo en tunear el coche o en días de farra. ¿Y es culpa de las stock options, del neoliberalismo, de Bush o de Zapatero que ahora se vean a dos velas? Aquí pega lo de la fábula de la cigarra y la hormiga en versión proletaria o empresarial. Y que conste que no me olvido de las cenicientas de este cuento que son los que vivían apurados en tiempos de bonanza y ahora se las ven negras. Por eso me alegro de la postura de un gobierno que no quiere ceder en las prestaciones sociales y que, espero, gestione adecuadamente (igual que critico que no modifique unos presupuestos que benefician claramente a "sus" autonomías frente al bien general en proyectos oscuros de soberanía). Hasta aquí la política. Sólo una anécdota: por primera vez en muchos años he visto a una mujer yendo de portal en portal pidiendo comida para sus hijos porque los bonos de comida de Cáritas se habían acabado. Triste.

PD: Premio para el que traduzca el título de hoy (obra clásica, universal e imprescindible adaptada al cine por un grande entre los grandes, John Ford). ¿Qué es peor una crisis económica como la actual o la crisis de valores que llevamos observando una década?

martes, 28 de octubre de 2008

Pero, ¿esto qué es lo que es?

Estoy leyendo a una filósofa judía llamada Hannah Arendt (gran libro, "La condición humana") donde critica al existencialismo por marcar el "yo" como único y personal (una clase de onanismo existencial). Defiende la idea de que el "yo" se define por los demás, por el entorno (yo soy yo y mi circunstancia), el hombre es un animal social. Así que desechemos que somos una isla y tomamos el ferry cuando salimos ahí fuera. Somos lo que somos más los que nos comparten. Y, en muchos aspectos, eso da sentido a nuestra existencia, puede ser uno de los sentidos de la vida y cómo: tomar unas cañas y una buena conversación con mejor compañía es un ideal de vida.
Esto de la conversación, de la dialéctica entronca con otro ideal filosófico, el de Platón. Platón decía que la memoria es conocimiento y éste se alcanza con la dialéctica. Así que, concluyo: si me tengo que definir por vosotros soy un tío de puta madre y si he tenido el gusto de conversar con vosotros he aprendido un huevo. Me siento afortunado (de ahí, esas gracias simples pero sentidas).
Luego tenemos otros condicionantes: la mente es un animal extraño incluso la nuestra propia y juega muy malas pasadas. Pero eso es otro asunto.

Otro: estuve pensando el otro día sobre la "buena" o "mala" intención. Pensando en si eso nos disculpa: debo decir que yo echo mano muchas veces de ese recurso, "lo he hecho sin mala intención". Pides perdón, rectificas, aprendes a no repetirlo, pero... ¿nos exime de la culpa? Supongo que aquí entra nuestra educación judeocristiana de hacer algo de acto y pensamiento. A veces me asusto de lo que pienso, de las ideas e imágenes que cruzan mi mente y te puedes sentir culpable sólo de la idea. Si lo reflexionas, sabes que está mal y lo practicas: eres culpable. Si simplemente lo haces sin reflexionar (no sé vosotros pero me pasa que me cuesta reflexionar cuando estoy eufórico): no eres culpable, no lo has meditado, medítalo. Ése sería el pensamiento cristiano (hiperbolizado con la culpa por el simple pensamiento: en esto el cristianismo se vuelve un poco vulgar al pretender saber cómo funciona la mente humana, no se pueden controlar los pensamientos), que, por cierto, comparte con el existencialismo (no somos responsables de lo que hacemos irreflexivamente, independientemente del hecho en sí -desde un mal comentario a un asesinato- véase "El extranjero" de Albert Camus), pero los actos perduran y erosionan relaciones. Y creo, firmemente, que los pensamientos también lo hacen: las ideas recurrentes a veces se hacen realidad.
Esto se complica, hay muchas ramificaciones: yo, los demás, unas relaciones establecidas, pactos no escritos que se incumplen, formas de ser, imponer nuestro criterio sobre el de los demás,... ufff. Lo cierto es que partiendo de algo que parece sencillo (la buena o mala intención) se llega a un complicado mundo de posibilidades que me asfixian.
Por esto os necesito, necesito vaciar estos pensamientos, hacerlos vuestros también y conseguir algo de racionalidad y sencillez en el camino.

No sé si me vais a entender del todo, pero creedme: lo habéis hecho, lo hacéis y,espero, lo haréis por muchos años.

PD: hoy esto está un poco cargado, así que suelto lastre. Una palabra "poncho", una película "Top Secret", un chiste "mamá pan, y se murió", un apodo "miqueta", una canción "Twist and shout", un libro "Sin plumas" de Woody Allen... "esas son las cosas que me gustan a mí" (¿recordáis la canción de "Sonrisas y lágrimas"?). Pues eso.

lunes, 27 de octubre de 2008

Sólo una cosa: gracias.

PD: A ver si luego puedo meter una morcilla más grande.

jueves, 23 de octubre de 2008

Malos tiempos para la lírica

Con esa voz lánguida Germán Coppini expresaba un estado de ánimo que me viene al pelo. No tengo tiempo para la reflexión pero sí para recomendaros un par de pedazos de arte perfectos para esta época que empieza a parecerse al otoño.

"Rainy Day Music" de Jayhawks es el disco ideal no sólo para días de lluvia sino para esos momentos en donde sientes que nadie te entiende. Estos tipos (o el gran Gary Louris, guitarrista, cantante y alma del grupo) te entienden. Hay una canción que reza: "Don't expected to see / it's important to me / I guess it´s just one man's problem". Sólo estos versos resumen mucha de la incomprensión que a veces encuentras en los demás incluso en los más cercanos. Con ese tono final de aceptación reconfortante, esto es una joya para mí (es el típico estribillo que decides volver a escuchar y gritar si encarta). En fin, que todo el disco es increíble y también marcó el cierre de una etapa gloriosa de Jayhawks que ahora parece remontar. Veremos.
"Robin y Marian" de Richard Lester. No sé porqué siempre termino viendo esta película en otoño. Si no la habéis visto, ya estáis tardando: Sean Connery y Audrey Hepburn interpretan la historia de amor de Robin Hood y su amada en el ocaso de sus vidas con deudas pendientes que pagar. Es ese tipo de películas que denominan de "romance otoñal" (en esa cronología, el invierno sería la muerte) pero es universal. No hay palabras, sólo gestos y miradas. Preparaos los pañuelos porque con ésta llora hasta Hulk Hogan.
Así que, como no tengo yo personalmente tiempo para la lírica, se la cedo a los creadores.

PD: Ya podéis hacer recomendaciones otoñales, que está lloviendo. Abrazos.

martes, 21 de octubre de 2008

Me corto las venas o me las dejo largas

No tengo tiempo. Así que no he podido editar nada en estos días. Parece que la semana horribilis está tocando a su fin y quiero tener más continuidad.
Cosas: un tema que no he tratado como se debía es el tema de las peluquerías. Los que me conocen saben de mi aversión por ir al peluquero (me gustaría que un golpe de aire hiciera el trabajo). Todo parte de un trauma infantil (como casi todo, es la época que forma el carácter): acudía al peluquero de toda la vida, cuando existían barberías y eso de unisex se refería al hermafroditismo, y ese individuo, que había aprendido en la mili por cierto, se dedicaba a machacarme las orejas (siempre me hacía unas heridas horribles que se acentuaban con el uso de las gafas -recuerdo incluso haber llevado algodones para atenuar el dolor, os podéis imaginar la estampa-) y voltearme la cabeza de un lado a otro, amén de la inquietante vibración que producía la maquinilla eléctrica y el sonido rasposo de la cuchilla clásica amenazando mi nuca. Aparte de eso, normalmente desperdiciaba de una a dos horas en ese antro (un cuchitril, con canario incluido) y tenía que soportar la típica conversación cuartelera de los paisanos de turno (como un bar de viejos). ¡Y siempre terminaba haciéndome el mismo corte de marinerito! Joder, parecía que iba a hacer la primera comunión todos los meses. Para completar el cuadro, siempre había un tipo allí que me daba mucho miedo, se dedicaba a barrer los pelos sobrantes y parecía un tarado sicópata con antecedentes penales (también lo veía en la iglesia y, por lo que parece, le daban unas monedas por ayudar al cura a llevar los cirios). Con este panorama para mí eso era el tren del terror, un viaje con retorno a la locura de los mayores.
Cómo no, terminé dejándome el pelo largo, en cuanto pude, y así estuve siete u ocho años sin pasar por una peluquería. Al regresar, por circunstancias que prefiero olvidar, decidí ir a peluquerías de señoras (o unisex, que viene a ser lo mismo) donde por un poco más (el corte masculino es mucho más barato) te lavaban el pelo y te cortaban con mimo. Pero, aun así, sigo sin ganas de ir. Intento alargarlo lo más posible, hasta que ya no lo aguantan más (sí, tenso la cuerda lo justo) y eso suelen ser cinco o seis meses. No está mal, dos o tres veces al año.
Ahora me surgen ciertas dudas sobre el negocio. Primero, ¿por qué hay que hablar mientras te cortan? Vale que no te obligan pero provocan un silencio tan incómodo que tienes que decir algo (es como estar en un ascensor pero con alguien manoseando tus pelos). Podrían poner la música o la radio muy alta y problema resuelto.
Segundo: ¿por qué no puedes reclamar el corte que te han hecho? Sabido es que da igual qué indicaciones le des a la peluquera que te va a hacer lo que le sale de dentro (como un artista caprichoso) porque quién coño eres tú para decirles qué te sienta bien (como los albañiles/ pintores/ fontaneros). Yo pido un corte normal pero siempre me salen con "te lo dejo más corto por aquí" o "esto está de moda ahora". Entonces, visto que hacen lo que quieren y que después de haber malgastado como poco una hora de tu tiempo sólo quieres salir de ahí pitando, con lo que no te fijas bien en lo que te han hecho, ¿por qué no puedes volver al día siguiente y decirles que rectifiquen o que te devuelvan el dinero? Debería ser como la ropa, te la pruebas en la tienda, la compras pero tienes la opción de devolverla. Cuántas veces sales de la peluquería te enfrentas al Gran Jurado y tienes que oír "demasiado corto te lo han dejado", "te tendrían que haber dejado el flequillo", "mucho te han dejado", "¿para eso has ido?" (parecen los Yoda del corte de pelo). Así que deberíamos exigir la reparación de la faena.
Tercero: No sé si habéis pensado en lo peligroso que es la manipulación de unas tijeras cerca de tu cabeza. Me acuerdo que hace tiempo vi una película en donde cortaban la oreja de un pobre desgraciado mientras lo pelaban. Eso marca. Ese "click, click, click" que oigo en mi oreja continuamente me exaspera. A veces estoy a punto de gritar y salir con el babero gigante ése que te ponen a la calle a respirar. En fin, manías aparte, ¿no deberían tener un seguro de peligrosidad por si acaso?
Total, ya me he desahogado y, quizás, estoy preparado para otro corte inminente. ¿Algún consejo? (Y no vale lo de las revistas del corazón que ya me gustaría que pusieran cómics o algo para leer). Sip.
PD: Parece que la cuestión de los vaqueros no ha calado entre los cuatro gatos que leen esto. Pero lo de las peluquerías...

jueves, 16 de octubre de 2008

ATENCIÓN: PREGUNTA

¿Cuántos días seguidos soléis llevar los mismos vaqueros -sin lavarlo, se entiende-? Cualquiera que lea estas notas debería contestar sólo por el interés informativo. ¿Y un jersey?

PD: Se me ha ocurrido que podría usar esta técnica "Si lo sé, no vengo" (no me digáis que no os acordáis del programa) para esas preguntas que no deben quedar sin respuesta.

Angst

Esto de estar de nuevas a veces es asfixiante. Todo se hace como viene porque no tienes tiempo para pararte y pensar si estás haciendo lo correcto. Así me veo estos días, ni siquiera sé porqué titulé como titulé la anterior entrada. Tuve una evaluación horrorosa donde no se paraba de hablar y no me enteraba de nada. Ya me he estrenado en los partes. Y la chiquitina no da descanso, está en la edad y no para de cascar. ¿No lo veis? Me acelero.
Uno de los últimos comentarios de C. me ha hecho pensar en que los hombres no estamos genéticamente preparados para combinar colores. Al menos yo. No sé qué jodido color pega con la encimera o con la cómoda, no sé qué combina mejor con rojo o azul, y en los niños pequeños: pero si están bien con cualquier cosa, para qué vestirlos ya como mayores (es alucinante cómo visten los pijos a sus niños pequeños: como las juventudes nazis - camisa, jersey en los hombros, pantalones cortos y botas- pero con el caballito de Ralph Lauren y, como tienen muchos, ¡los visten igual! Da mucha grima). Por eso gasto vaqueros y camisas, eso pega con todo. La verdad es que me gustaría llevar todos los días exactamente lo mismo y usar camisas frikis para el domingo y festivos, pero no va a poder ser, chicos. Y a otra cosa. (Esperad: ¿y la indumentaria de profesor? Hay para todos pero me gusta el de camisa clara remetida y pantalones de pinza. Histórico).
Cosas: estuve viendo el primero de "Generation Kill" y, pasado el tópico del ejército americano, no está mal. No es gloriosa sobre todo por una dirección que no dice nada narrativamente (es la típica realización documental con planos continuos, sin pausas) pero el guión apunta cosas interesantes. Además, trata un tema (la segunda guerra de Irak) con la que los americanos tienen una relación amor/odio y será digno de ver cómo la tratan. Es de la HBO (nunca fallan: los Soprano, Deadwood, Roma, The Office, Curb your enthusiasm,... ) y los autores (Simon y Burns)hicieron ya una genialidad llamada "The Wire" (imprescindible, en serio).
PD: me tengo que ir, a ver si luego puedo otro rato.

martes, 14 de octubre de 2008

Michael Jackson

No me gusta que me presten atención (fijaos en el lenguaje: la atención "se presta" para "devolverla" después), que me hagan mucho caso. Es como este blog: es un desahogo que puede tener más o menos lectores pero no me preocupa demasiado, es eso, sólo vaciarse y luego continuar. Ya comentaba que si me decían lo bien que lo hacía en algo, empezaba a comportarme de forma torpe y termino fastidiándola. Tengo una teoría: parece ser que de pequeño era la alegría de la huerta, bailaba todo el rato, me reía, jugaba, me exponía a los adultos sin problema. La mayoría de los niños pequeños se comportan así, pero yo recibía un extra de atención porque era el único nieto de la familia, un varón (cuando eso importaba), etc. Así que tuve mis cinco minutos de fama y, por lo que se ve, me harté y me convertí en pocos años en todo lo contrario: reservado y extremadamente tímido. Es como si hubiera sido una estrella de Hollywood harta de estar expuesta a la opinión pública y decido encerrarme en una mansión con un mono y miles de libros (un día podemos hablar de los amigos imaginarios). Así que salí de la vida pública y me volqué en mi mundo interior del que me costó salir.
Y aquí estoy intentando todavía conciliar los dos momentos en uno nuevo. No es molesto porque son metas que alcanzar, lugares que descubrir. No sé quien me dijo aquello de "la utopía está a diez pasos de mí; avanzo diez y la utopía se aleja los mismos; pero tengo que seguir intentando alcanzarla". Cada uno tenemos nuestra pequeña utopía y no necesitamos llegar a ella, necesitamos intentarlo.
PD: La polisemia en los niños pequeños: "tato" es alto, salto y gato; "tata" es galleta, salta y pasta. De verdad que es un disfrute esto.

lunes, 13 de octubre de 2008

Lavinquelibromasbonico

Leo: "- Va bien acordarse de la primera vez de todo -dice-. La primera vez que me la casqué pensé que era algo que había inventado yo. Miré aquel puñado de porquería viscosa y pensé: con esto me voy a hacer rico." De "Asfixia" de Chuck Palahniuk.
Perdonad que insista en el dichoso libro pero me lo he leído en dos ratos y es una crónica estupenda del estado de la cuestión en el primer mundo. Además, ya estaba tardando en meter la típica morcilla onanista (¡qué bonita imagen!) que todo relato del día a día masculino debe tener: hoy me la he cascado, ayer no, anteayer dos veces, luego, no me acuerdo,... y así consecutivamente. ¡Así no podemos ser el sexo fuerte! ¡Ni de coña! Somos sexo y punto.
Sé que estáis de vacaciones, yo no. Pero tuve un encuentro muy gratificante el jueves, que sí estaba de puente. Y... a otra cosa. Hablando de sexos estuve viendo una antigua película de género que explota la figura de la femme fatale (esa Pandora cuyos antecedentes se pierden en el albor de los tiempos, que hace que los hombres que hacen cosas malas no sean responsables últimos de los actos) pero se muestra extrañamente comprensiva con una mujer adelantada a su tiempo, ambiciosa y, finalmente, enamorada de un "buen hombre", que la redime. Es decir, que a pesar de la misoginia que destila esta figura, la película se pone de parte de ella y sale victoriosa pese a todo (claro que debe ser castigada como es debido). La película: "La extraña mujer", gratis con el ABC del fin de semana.
Más cosas: he recibido un paquete con membrete almeriense, pero no hay ningún mensaje de afecto sólo un frío y feo título de un olvidable curso a distancia. Pena.
Al padrazo, que digo yo que "pringaíllo" podía ser un buen apodo, o el "güachin machín" que queda más castizo. Es feo y encima sólo hace que fregar y fregar. Me recuerda a mi época de recogefriegavasos. Quiérelo, es una tarea muy ingrata y, como les dicen a las madres de antes, "no está pagá".
Y hoy no posdateo que tengo que comer. ¡Ay, que con el hambre me da nostalgia!

miércoles, 8 de octubre de 2008

Paranoia Agent

Voy retrasado. Me pasa con casi todo, empiezo con ganas y disciplina y luego se me va la fuerza por la boca. Eso no significa que no siga estruyéndome las meninges, sino que soy un vago.
Leo en una agenda escolar europea entregada a los chicos de 4º de ESO: "si compramos productos falsificados contribuimos a financiar el terrorismo internacional, dos ejemplos:
- Los que pusieron la primera bomba en el World Trade Center, allá por el 93, se dedicaban al comercio de camisetas falsificadas.
- Participantes de las bombas del 11-M tenían un negocio de reproducción de CDs y DVDs."
Bonitos tiempos para la paranoia. El resto de la agenda sigue unos derroteros bastante sensacionalistas (para hacernos una idea, como los informativos de Antena 3) en cuestiones como el sexo (centrándose en el embarazo juvenil), las drogas (habla de botellones con un esquema donde se cifran por millones) o el medio ambiente (los datos son múltiples pero las soluciones pocas); pero en esta cuestión clama un poco al cielo: en un comentario sobre la agenda podríamos titular, "Bin Laden se gana la vida vendiendo CDs piratas de Bisbal". Aún así, un loable intento por conectar con el "mundo de los jóvenes" que ni siquiera van a leer el contenido de la dichosa agenda (por cierto, no pone nada de hecho con papel reciclado).

Leo: "El herrero sigue aporreando su trozo de metal, dos golpes rápidos y tres lentos, hasta que uno se da cuenta de que es la línea de bajos de una canción vieja de Radiohead que le gusta. Por supuesto va completamente ciego de éxtasis." Me encanta, es de un libro de Chuck Palahniuk, "Asfixia". Me gusta la literatura pop o posmoderna (no me pidáis más claridad), ésa en la que se mezclan géneros y es multirreferencial, ésa que hace literatura del chicle o de los Beatles. Palahniuk, Easton Ellis, Amis, DeLillo,... o incluso Bukowsky, todos anglosajones pero con buenas traducciones, creo. Me acuerdo de "American Psycho" de Brett Easton Ellis donde cada dos o tres capítulos había una monografía sobre algún cantante o grupo: U2, Huey Lewis and the News (¿os acordáis de la pegadiza canción con la que comienza "Regreso al futuro"?), Whitney Houston,... Iconos de serie B (no, no los equiparo con los grandes) pero que forman parte de mi existencia. Anteanoche me pregunté si seríamos como somos habiéndonos criado con "Crónicas marcianas" o "Física y química", en vez de nuestro "La bola de cristal" o "Barrio sésamo". Aunque suene a reflexión gratuita, pa' mí que no.

Estuve viendo el primer capítulo de "Pushing Daisies" (traducido aquí com "Criando malvas", a ver si la inglesa nos aclara si es buena o mala translación). Tiene gracia, en el momento en que parece decaer (tiene un comienzo muy frenético, demasiado bueno) le salva ese punto excéntrico que le han dado los creadores tanto visual como argumentalmente. El director del primer capítulo es un antiguo director de fotografía (hizo películas con los Coen: "Muerte entre las flores" o "Arizona Baby") convertido en realizador con gusto por la fantasía y lo kitsch: mis preferidas son "La Familia Adams" (sobre todo la segunda parte) y "Men in black". Lo que pasa es que no tiene freno y, si el guión flojea, no sabe qué hacer con la película y, sobre todo, con los actores (que sobreactúan de mala manera), ejemplos: "Wild Wild West" o "RV" (una con Robin Williams que ni os molestéis).

Y otra cosa, hay una cualidad de los niños pequeños que me encanta: ése punto que tienen melodramático, de pasar del llanto a la risa con una facilidad pasmosa. Y no son rencorosos. Los mejores actores del mundo y hacen caquita de pie. Si volviera a ser un bebé con lo que sé ahora no me quitan el pañal en diez años.

PD: Me encantan los comentarios que hacéis, de hecho, deberíais escribir en la página principal. Encontrar uno me produce casi la misma sensación que recibir una carta en el correo o recoger un paquete. No sé si me explico.

viernes, 3 de octubre de 2008

Hey, el dibujito que he hecho con I y - no ha salido como quería, os juro que era una cara sonriente. En fin...
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I I
II IIIIII II

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I I
I I
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Hoy tengo el típico bloqueo del escritor así que he hecho esta tontería. Oye, no está mal. Es algo que me gusta: hacer algo inútil para perder el tiempo; llenar esos espacios en los que deberías hacer algo, incluso importante, con una actividad del todo inane, vacía. A veces me he sorprendido haciendo verdadera arquitectura con trocitos de papel, intentando poner los bolígrafos y lápices de pie como si fuera una especie de funambulista de material escolar, moviendo una moneda entre los dedos, juntando las migas de pan encima de un mantel y haciendo extrañas formas con ellas, hojeando cualquier folleto absurdo de perfumería o alguna tienda de muebles,... o, simplemente, mirando a un punto indeterminado en la pared, pensando en nada (tengo la vaga ilusión que algún día, en una de ésas, se me ocurrirá "la gran idea" que cambiará mi vida y la del mundo entero y la del universo y la de mi madre).
Fue mi padre el que me inició en estas ocupaciones de lo absurdo: solía desperdiciar el tiempo como él solo y una de las cosas con las que lo perdía era haciendo figuras con la molla del pan (todas parecían diosas de la fertilidad minoicas, pero eso no lo sabía entonces). También se dedicaba a clasificar sus posesiones (nada lujoso) metódicamente: conchas, billetes de lotería, libros, películas, mecheros, cajas de cerillas, proyectiles vacíos,... Sí, pueden parecer ocupaciones inútiles pero lo más triste es que luego me he dado cuenta que es lo que lo mantenían más o menos cuerdo. Al final no hacía NADA.
Bueno, ya sabéis, si queréis añadir algo más, llamadme.
PD: Necesito una cerveza y un par de sonrisas.

jueves, 2 de octubre de 2008

El amor está en el aire (acondicionado)

¿Os acordáis cuando erais puros e inocentes y no conocíais ni la mitad de lo que sabéis ahora? Esa edad en la que tu única preocupación era tener veinte duros para las máquinas o para gominolas. La echo de menos. Necesito las cosas sencillas, simples, sin dobleces y crecer hace difícil mantenerlas así. A resultas de ser políticamente incorrecto, veo más en las mujeres esa cualidad de observar los matices, fijarse en los pequeños detalles. No me considero demasiado masculino en el sentido aparente del término, pero sí que me considero de trazo grueso. Es decir, lo veo todo como algo sólido, unido y, luego, a base de golpes en ocasiones, me doy cuenta de las partes, de la complejidad que encierra todo.
A ver si me aclaro un poco con un ejemplo: en las relaciones creía que lo único que importaba era quererse mucho y darse besitos en un portal, ir a cenar de vez en cuando y decir "lo preciosa que eres" y "cuánto te quiero". Bien, huelga decir que mi pareja lo veía todo de otra manera y desde el principio. Mi madre me dijo una expresión que resume parte de lo estoy intentando explicar: "mucho te quiero Pepico, pero pan poquico" (acuñada por una mujer, estoy seguro). El periodo de adaptación de un hombre normal a la lógica interna de las relaciones debe durar hasta que se acaba el "ciclo idiota" de una relación. Si continuas y no cedes, vienen mal dadas, agárrate los machos, muchacho.
Claro que personalizo mucho esta reflexión y sé que hay ejemplos de sobra para rebatirme, así que hacedlo, por favor.
Con esto entro también en una cuestión que ya dije en otra entrada que quería tratar: lo cínicos que nos volvemos en una relación larga. Y es que son los kilómetros y no la edad la que nos vuelve cínicos. Hoy en día casi todos los tópicos de las relaciones se han cumplido en mi caso, esos tópicos que creía caducos y "que a mí no me va a pasar". No es que no sea feliz, al contrario, lo soy pero de otra manera así que es inevitable añorar esos juegos que suenan a chiste ahora, que son ejercicios vacíos, fantasmas del pasado (¡puro cinismo!). Y esto es porque a estas alturas ha habido tantas peleas, desencuentros, encuentro, reconciliaciones que entramos en una dinámica que antes hubiéramos rechazado de pleno y ahora abrazamos. ¡El famoso polvo de reconciliación! ¿Qué es sino una manera de suavizar lo que nos hace daño?
Lo dejo, prefiero hablar de cosas prestadas y discos geniales: ayer escuché el nuevo álbum de Antony and the Johnsons en RNE3 ("Shake that devil" o algo así) y me dejó alucinado. ¡A bajárselo! Perdón, ¡a comprárselo!
PD: En una invitación de boda que he recibido hace poco encabezaba: "el amor es como el mar, se ve el principio pero no el final". Por lo menos rima. Y qué título más tonto he puesto hoy.

miércoles, 1 de octubre de 2008

King for a day, fool for a lifetime

Qué gran verdad: lo peor no es que arrojen tus posesiones por la ventana, lo peor es que se las queden y seas incapaz de recuperarlas. Creo que esa es la manera más difícil de recuperar un objeto aparentemente sin valor pero que para ti es sagrado: "hola, perdona, ya sé que te destrocé el corazón y nos gritamos cosas muy feas la última vez que nos vimos, pero ¿me podrías devolver mi CD de los Strokes y el pack de los Monty Python?". Y no nos tenemos que poner en el colmo, ¿cuántas cosas no nos hemos dejado en el camino por no ser más prudentes? (En mi caso la mayoría de lo que he perdido ha sido por culpa de vivir con unas hermanas ligeras en el préstamo). En un momento de euforia (y no tanto) dejas lo que sea a quien sea. Unas veces tú lo ofreces, otras te lo exigen sin recato: "¿tienes la última de Tarantino? ¿Me la puedo llevar?" Meeeec (pon sonido de bocina), error: ¿quién es ese tipo? ¿lo conozco? ¿confío en él? ¿responderá de mi DVD con su vida? ¿lo devolverá? ¿conozco donde vive? Muchas preguntas, lo sé. Para evitar olvidar alguna habría que pasar un cuestionario. Conocí a uno que rellenaba una fichita cada vez que prestaba algo, con tu nombre, el día que te lo prestó, etc. Un modelo a seguir, aunque no entraremos en el problema que tenía con su madre (hijo único, sobreprotegido,... ). Yo no puedo hacerlo, lo sé, pero se puede cambiar de estrategia y en estos tiempos de descargas y formatos comprimidos lo mejor es prestar sucios CDs resobaos y DVDs con siete películas grabadas con videocámara. Es una idea.
Atención, pregunta: ¿qué es lo que habéis perdido en un préstamo y tendríais más ganas de recuperar? En fin, algo que le tuviérais cariño. Yo puedo hacer un listado extenso y doloroso, os contaré uno de los que me desvela por las noches (soy coleccionista no lo puedo evitar): la primera vez que trabajé en mi vida gané unas 40000 pesetas recogiendo y fregando vasos de cubata y soportando a borrachos violentos. Cuando terminó la pesadilla, fui a una tienda de discos y compré un CD de coleccionista de The Police que costaba la friolera de 7500 pesetas de la época. Muy bonito, caja metálica, un concierto de la época punk de The Police que sonaba como grabado en su casa con un cassette, pero era mío y no sé quien más podía tener ese Santo Grial (también era edición limitada). Algo así lo tienes para enseñarlo, fardar un poco, lo normal (aunque, me repito, sonaba como el culo, de hecho, no llegué a escucharlo ni tres veces). Lo más flagrante de su pérdida, porque se perdió, es que no recuerdo habérselo dejado a nadie, ni nadie de los posibles sospechosos recuerda que se lo dejara. ¿Y por qué me duele más que otros? Por cómo sudé ese dinero, toda una lección de vida: no sabes lo que cuesta el dinero hasta que te lo ganas. Ya me pongo nostálgico.
Otra reflexión que me surge: ¿por qué si acumulas un montón de material siempre echas de menos lo que te falta aunque no sea ni el 1% de lo que tienes? No tiene sentido, pero es como todo: lo que te falta es lo que anhelas, lo que tienes... poned lo que queráis.
Responded a la pregunta. O no.

martes, 30 de septiembre de 2008

Confundir la amistad con una dislocación de hombro (y II)

Bien, continúo. En definitiva, este grupo se ha convertido para mí en un mixto de amistad (pasada) y de familia (presente). ¿Cómo podríamos definirlo en una palabra? ¿Famistad? ¿Amilidad? El lenguaje tiene que servirnos para aliviar la complejidad del mundo. Qué alivio cuando encuentras esa palabra que va a lo concreto. Ésa, ésa es la palabra...
Por aclarar el extraño título del relato de hoy, os cuento que durante la celebración de la despedida me disloqué el hombro, o estuvo a punto de salirse, o algo que me hizo ver las estrellas. Me disponía a tumbarme en medio de un paso de cebra mientras los coches hacían cola en el semáforo y sentí un pinchazo agudo en el hombro, seguido de una parálisis parcial. Para entendernos, no podía mover el brazo sin ver pajaritos a mi alrededor. Creí que se había salido y enseguida me acordé de esa escena de "Arma Letal" donde Mel Gibson se sacaba el hombro y luego se lo volvía a colocar de un golpe. Se me pasó por la cabeza hacer lo mismo pero me tranquilizaron y volvió a su sitio. Eso sí, me quedé blanco como el papel y lo peor es que se me pasó la euforia. Así que las horas restantes me las pasé quejándome del hombro y observando cómo hacían el garrulo los demás.
No hubo grandes anécdotas ni momentos inolvidables, pero sí me di cuenta que todos tenemos más preocupaciones y somos más cínicos. Ah, y os eché de menos (en serio), incluso os llamé (prueba irrefutable). Pero no os quiero encontrar en una despedida sino en una bienvenida.
PD: una chorrada. ¿Alguien ha roto con su pareja y le han echado la ropa y los discos por la ventana? ¿De dónde coño sale ese tópico en las películas? Otra cosa, me encantan los comentarios que habéis dejado: son tan o más válidos que lo que escribo, de hecho si no los hicierais, esto no tendría mucho sentido. Espero que les digáis a todos los que podáis que escriban algo... I talk way too much.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Confundir la amistad con una dislocación de hombro

A veces me sorprendo pensando en algo sobre lo que escribir en estos huecos como si fuera una especie de columnista digital y me olvido que esto debe ser un brainstorming sin pies ni cabeza. Así que, como voy con retraso, vamos al lío.
Estuve en una despedida de soltero el fin de semana con los amigos que conservo del instituto. Un grupo ya tan extraño y heterogéneo que se ha convertido en una familia disfuncional como las que suele tener todo hijo de vecino. Pero me da por pensar que un grupo de amigos "nunca" debe ser una familia, porque entonces entramos en el terreno de las "obligaciones". Si la amistad tiene algo de decente es que te exime de esas engorrosas responsabilidades que tiene la familia, como la de quererla porque sí. Y eso es en lo que se ha convertido esta gente para mí: es que tengo que quererlos aunque no aguanto más de un día con ellos. Igualico que a mi familia. Sé que el problema es mío (estoy de psicoanalista con este asunto) y que, en realidad, he disfrutado esas contadas horas. Además, son impagables esos momentos que compartes con ellos en los que se mezcla la broma gruesa y la trascendencia vital. Una suerte de película trascendental maquinada por garrulos sentimentales. Luego sigo...

jueves, 25 de septiembre de 2008

Rellenar por la línea de puntos

No tengo mucho tiempo para pensar de qué voy a escribir en este hueco, así que parece que me estoy poniendo discursivo, algo como "venga, a ver lo que sale". Lo primero: gracias por las felicitaciones, no se puede evitar agradecerlas y encima nada de esos mensajes impersonales de "pon el nombre en el hueco". Gracias de verdad.
Lo segundo, no sé si conocéis el truco de, si te gusta alguien, dejar algo en su casa para tener una excusa y volver a visitarlo. Pues funciona en otras circunstancias. Dejé algo allí y tener que recogerlo es la excusa perfecta para volver. Eso me hace pensar que debería planificar mejor mi vida y así tenerlo todo donde quiero. La mayoría pasamos por la vida sin planes establecidos, como vengan dadas. Y no está mal, estás continuamente sorprendido, pero, sin duda, hay que tener algo que se parezca a un plan para ciertas ocasiones. Como diría el poeta del Equipo A, me encanta que los planes salgan bien.
Ésta está dirigida a alguien que le va a gustar: le pregunté a una alumna inglesa en clase de español que me dijera los números del uno al diez. Empieza a contar: uno, dos, tres, catorce!,... Espera un momento, ¿a qué me recuerda esto?

miércoles, 24 de septiembre de 2008

No conozco a ninguna Mercedes, creo

Me he decidido a escribir unas líneas todos los días laborables, por lo menos. Hoy es mi cumpleaños. Hace ya un mes o así que tengo la edad que tengo pero hoy es el día. No puedo más que pasar el expediente de unas cuantas felicitaciones aunque ya se van notando los años. Porque voy al trabajo y descubro que hay gente más joven que yo, y no uno ni dos años, ¡cinco o seis años menos! Y entonces me visualizo sin esos cinco años menos y parece que ha pasado un siglo porque se han dado unos cuantos cambios en mi vida (no son los años, son los kilómetros) y ¡no os conocía! Además, creo que era otra persona; no estoy seguro, pero lo creo. Espero haberme quedado con lo mejor pero me da que me he dejado algo en el camino (otro día escribo sobre algo relacionado con esto que pensé el otro día). Me siento como si me hubiera reinventado, como si me hubiera creado un personaje. Aún me queda por descubrir si era yo el de antes o soy el de ahora o soy los dos en distintos momentos. Eso sí, me siento afortunado de haberlos pasado juntos. Ya estoy soltando lastre... No sigáis leyendo.

martes, 23 de septiembre de 2008

Los quarcs o quarts o quars o quas

Estoy empezando a ver claras similitudes entre esa y esta zona. Una de ellas es la obsesión por los quarcs o como se llamen esos vehículos aparatosos que no sirven para casi nada pero que los que no pueden comprar un deportivo los usan para fardar. En los pueblos donde esa plaga se ha extendido siempre hay historias de pobres muchachos que se han matado con el susodicho pero a continuación los lugareños relatan su propia experiencia como algo divertido. "Cogí el quá de Pepillo y me dezollé el codo. De aquí a aquí. Joé, yo no zé por dónde iba pero el quá iba por un lao y yo por otro" (me estoy dando cuenta que es imposible saber cómo se escribe el nombre del triciclo motorizado ése porque nadie pronuncia la parte final). Estas cosas me resultan tan ajenas que me siento como una especie de extraterrestre descubriendo las costumbres de la nueva raza y no entendiendo nada (igualico que cuando me hablan de cosas de adultos). Mundos distintos coexistiendo en el mismo plano. Como decía no sé quien hay otros mundos pero están en éste (las citas molan).
Mal empezamos si me fijo más en las conversaciones ajenas que en las propias pero es que me he convertido en un "voyeur" un poco cutre, o por necesidad que también vale.
Una recomendación para pasar el rato, cualquier película de Jean Pierre Melville, uno de los más insignes directores del polar francés (que es como los güais nombran al cine negro hecho en Francia). En especial, "El confidente", "El círculo rojo" o el clásico "El silencio de un hombre" (con un Alain Delon magistral, para que os hagáis una idea el claro referente es Forrest Whitaker en "Ghost Dog" de Jim Jarmusch).
Ah, y para amenizar una noche de cócteles, Pink Martini, un supergrupo muy cool (¡pero qué güai estoy!).
PD: Escribid algo para meteros conmigo por lo cursi que me pongo.

lunes, 22 de septiembre de 2008

No me echéis flores, echádselas a los marranos

En cuanto leí vuestros dos mensajes se me revolvió algo en el estómago y no era gazpacho. Aparte de un par de lágrimas el sentimiento principal ha sido el de vacío. No sólo por no poder contaros esto en persona sino también porque esta tarea se va a hacer más difícil. Nuestro cuerpo tiene un sistema de protección bastante bien engrasado para ocultar lo malo que nos pasa, pues leer vuestros mensajes me desarma el sistema.No pienso releer lo que escribo, ¡necesito soltarlo y basta!
Hay otra cosa, ¿no os pasa que cuando os dicen que hacéis algo bien, empezáis a hacerlo mal? Es la presión de no hacerlo sólo bien, sino mejorarlo y mantenerse en la cresta. La caída es peor desde la cumbre, dicen. Pero te la pegas seguro, añado. ¿Es mejor caerse un poquito o del todo? Siempre he creído que hay cierta comodidad en los bajos (¿!?) incluso cuando "tienes" que estar bien, down on the upside que diría Soundgarden. No sé, pienso en voz alta, así se parece más a los rollos que suelto habitualmente.
Y, ¿de qué va esto? Que necesito que me deprimáis, que necesito sentir que no puedo compartir café y cigarrillos con vosotros, que necesito que me llevéis de vuelta a uno de mis hogares preferidos,... ¿Un poco triste? ¡Qué alegría!

jueves, 18 de septiembre de 2008

Llegamos sin problemas, lo difícil es continuar

Nunca sé cómo empezar, hace poco leí un libro en el que el personaje principal intentaba encontrar la entrada perfecta para su novela, y está tan abrumado por lo que ya se ha escrito que desiste y en el trayecto se da cuenta que ése es su inicio. Supongo que no hay que abrumarse con los desafíos, hay que emprenderlos sin más. Así que conociendo la escasa ambición que tengo y que los comienzos son tan fáciles como un "hola", "¿qué tal?" o "¡qué calor hace!", aquí estoy.
He creado esta historia sólo para contactar con vosotros, y como sabéis quién sois no os voy a presentar. Afortunadamente he tenido el gusto de compartir con vosotros ese tipo de cosas que no se pueden describir con palabras, con lo que la mitad de la historia (la importante) ya está hecha. Me planteo que todo esto es un poco absurdo, sobre todo en un tipo que no entiende internet como la panacea de la comunicación, pero hay cosas que os tendré que contar y no se me ocurre, en las actuales circunstancias, un mejor modo de hacerlo.

- Se oyen campanas, ¿quién se habrá muerto?
(El tipo sale del bar para escucharlas mejor, vuelve al interior)
- ¿Quién se habrá muerto?- repite- Pedro, Perico,... ¿quién se ha muerto?
- El "grillo", el marido de la Dolores.
- Ése era joven, ¿no?
- Sí, 14 años - riéndose.
- ¡Si tenía 90! - espeta un parroquiano al fondo.

Bien, éste el tipo de diálogos que suelo escuchar en el bar de al lado, antes de mis tareas matutinas. Un pueblo donde cuando suenan campanas es que se ha muerto alguien. Empecemos.

Sabéis que os quiero y que tengo por ahí alguna pregunta que todavía no he pensado para hacérosla. Y que os echo de menos, mucho.